Gnomos: Denominación extraída del griego, genomos, o "el que vive dentro de la tierra". La variedad de estos Espíritus elementales es, como en todos los demás, tan grande que abarca desde ciertos seres con aspecto atemorizante hasta los pequeños enanos que refleja el folklore de todos los pueblos. De los primeros podemos decir que están en continuo movimiento, en expansión y retracción, pudiendo alcanzar grandes tamaños. Los segundos, de aspecto humanoide, no suelen levantar del suelo más de un par de palmos.
Estos últimos son los más conocidos: enanos u hombrecillos, bondadosos y crueles como los niños. Carecen de toda conciencia ética y no podríamos decir de ellos que sean "buenos" o "malos".
Traviesos por naturaleza, gustan burlarse de quienes los buscan torpemente y son, en cambio, sumisos servidores de los verdaderos Magos. El aspecto suele aparentar una edad madura, aunque no representan lo que nosotros llamamos "edad", pues los espíritus de la naturaleza viven hasta su fusión con el Creador, cuando se colapse el Universo. Sus apariencias son siempre las mismas.
Salvo la cabeza, grande en relación al cuerpo como en el caso de los enanos humanos, son bien proporcionados.
Al corporizarse van siempre vestidos y parece ser que, sobre un "patrón" de ropa a la manera campesina, copian las modas humanas que les son contemporáneas en el siglo que habiten. Aunque algunos visten prendas de siglos anteriores y no existe apariencia de desgaste en dichas ropas, aunque no dan la sensación de ser nuevas sino arrugadas y ajadas como si fuesen muy viejas, pero indestructibles.
Siendo para ellos la tierra sólida el ámbito en el que se mueven, como para los humanos lo es el aire, no encuentran resistencia en las más duras rocas, pues se vuelven sutiles al atravesar objetos sólidos. Aun en los mayores grados de materialización, obtenidos tan sólo en condiciones especiales y en lugares no frecuentados por los humanos, no emiten sonidos.
Huyen de la claridad del día y se refugian en la oscuridad de la noche.
Los hay no mayores que la altura de un puño, no más altos que un pulgar, como dicen los cuentos para niños. Estos son muy difíciles de percibir por los adultos, aunque ellos han de creer todo lo contrario, pues en presencia o cercanía de los humanos, se "esconden" tras las cosas, en los rincones menos iluminados o, aprovechando su poder de pasar a través de la materia, en los cajones de los muebles que no han sido abiertos en mucho tiempo. Gustan de la cercanía de los niños y les sugieren lugares y posiciones para sus juguetes, bailes y cantos, rondas y juegos de escondrijos. Traviesos, hacen encantamientos psíquicos que evitan a los adultos el hallar pequeñas cosas como ser lapiceros, gafas, agujas, clavos. Retirado el "velo", se divierten viendo cómo se encuentran las cosas perdidas, a veces en lugares distintos a los que estaban, lo que presupone en ellos una cierta posibilidad de traslación, aunque es mucho más corriente que sus propios encantamientos, unidos a los desconciertos, angustias y apuros que provocan sus travesuras en los humanos, hagan que sean las mismas personas las que lleven el objeto en la mano y lo coloquen en otras partes sin ser concientes de ello.
La tradición cuenta que tienen algo en su anatomía diferente a la de los humanos: las puntas de las orejas, lo que los emparenta con otro tipo de elementales de los bosques que luego fueron llamados Silvanos. El típico gorro de Hermes servía para ocultar esta anormalidad, que muchas veces fue relacionada con el Mito del Rey con orejas de burro y dotado de poderes parapsicológicos, como Midas.
Los Gnomos u hombrecillos pueden, si lo desean, trasladarse con enorme velocidad y estar casi instantáneamente donde quieren estar.
Poseen mediana inteligencia. Al igual que los espíritus, son "trazos" de luz. Cuando se dejan ver por los seres encarnados, reitero que muestran apariencia de viejos enanitos y son muy graciosos. Con un método de transustanciación, pueden llegar a materializarse, pero el tiempo que pasan en este plano lo hacen alejados del ser humano, ya que no les resulta fácil adaptarse a la frecuencia de sonidos que nosotros manejamos. Estando en el plano físico son vulnerables a los ruidos de las ciudades y por eso habitan en los bosques. Son muy similares en conductas a las criaturas humanas, ya que suelen ser muy traviesos.
Elfos: Habitan la zona de bosques y montañas. Son un poco egocéntricos, pues cuando se corporizan se deslumbran con su porte y modelan sus propios cuerpos de acuerdo al poder energético adquirido, y es un orgullo para ellos el grado de hermosura que creen haber logrado, ya que esto lo consideran un producto de su trabajo en el plano físico.
Su mismo egocentrismo los puede transformar en seres tristes, con baja estima. Pueden ser dominados por su ego y convertirse en vengativos o bromistas, dependiendo de las circunstancias. Por eso también se los considera polifacéticos, como la propia Naturaleza. En el plano físico pueden tomar multitud de formas, apareciendo como bellezas iridiscentes o como ancianos deformados, con expresiones ensoñadoras o de rostro cruel.
GENERALIDADES DE LOS ELFOS
Todos estos seres son muy antiguos, algunos son pequeños y horribles. Cuando están de pie sus brazos llegan más abajo de las rodillas. Son de abundantes y enmarañadas cabelleras. Poseen un talento especial para la maldad, aunque también existen Elfos bienhechores. Les encantan las raíces de los alerces. No aman la lluvia, pero sí la tempestad. Sus orejas son puntiagudas y sus piernas como de alambre.
Los Elfos son grandes seres mágicos y se dividen en dos grandes categorías:
Los Ljsalfar, o Elfos de la luz
Los Dopkalfar, o Elfos de la oscuridad
ELFOS DE LA LUZ
La mitología dice que dominan el cambio de apariencia, poseen una belleza etérea, constituyen unos de los Elfos de mejor disposición. Son de imagen transparente y con tonalidades de azules. Existen otros Elfos de la luz que poseen la habilidad de desplazarse sobre el fuego o por el interior de la madera y la piedra, son los llamados Ellefolk. Se comenta que poseen el don de ver el porvenir, además del don de cantar y componer una música fascinante y embriagante.
ELFOS DE LA OSCURIDAD
Al igual que las langostas construyen sus hogares en la tierra, muchas veces se los encuentra en las casas, donde prefieren los rincones oscuros y solo aparecen de noche. Los hay de color gris, pardo, rojo y negro. Si en una casa hay cerraduras sin llave o pequeñas grietas en la madera los Elfos entraran, por esos pequeños resquicios. Tiene muchos nombres, como Cauchemar, Qaalruter, Nachtmannle.
ELFOS DE LA PENUMBRA
Son los más numerosos se los encuentra en los árboles, plantas, en los arroyos o estanques. Son muy precavidos y se protegen de las ingerencias de los extraños.
Hay Elfos Oscuros, como los Moros, Mouros, Mairuk, Lamiñak... seres de tez negra constructores de dólmenes y habitantes de cuevas. O los Minairons o Mainarons, duendes de las minas para algunos, o los Follets de las Cuevas, o los Gnomos del Moncayo. O tantos y tantos seres sin nombre, agrupados bajo los genéricos de enanos, que abundan en todas las tradiciones populares y cuentos españoles.
Duendes: Duende es un término con un contenido tan amplio que parece imposible definir claramente a qué seres se refiere. En español, la palabra adquiere una polisemia similar al término inglés "fairie". Es posible que el ámbito que ambos vocablos describen sea el mismo: el mundo habitado por seres de todo tipo surgidos de la fantasía, protagonistas de cuentos y tradiciones populares, personajes traviesos, buenos y malos, que intervienen en la vida de los humanos con sus pesadas bromas, sus presencias misteriosas. La mitología los hace conocedores de tesoros ocultos y de encantamientos mágicos.
Quizá el único carácter común a todos ellos sea el pertenecer al género masculino, por contraposición a las hadas. La palabra duende sirve tanto para describir a un elfo o un gnomo habitante del interior de las cuevas, cavador y oscuro, como a un diablillo familiar, minúsculo y volador, pero dotado de grandes poderes.
Normalmente, los duendes en el mundo hispano se caracterizan por su afición a convivir con los humanos. Ahora bien, eso sólo sucede -o más bien sucedía- en lugares rústicos y algo aislados, en pequeñas aldeas y pueblos, granjas y cabañas. Los duendes que han pasado a la historia por aparecer en relatos de tradición oral, en cuentos e "historias de viejas", eligen vivir en rincones escondidos de las casas, normalmente las bodegas, las cuadras o el desván.
En el Pirineo aragonés, por ejemplo, todos los duendes domésticos tienen su hogar en las llamadas "falsas", espacios situados bajo los tejados de las casas servían para acumular todos aquellos trastos que no se usaban, pero que no se querían tirar. Eran morada de palomas, y de una estación a otra, servían de almacén para determinados utensilios. Pero era también un lugar mágico, donde las ancianas ponían a secar sus plantas medicinales. Entre ellas, no faltaba la ruda que, al moverse, avisaba de la presencia de seres malignos, bruxas, diaples o duendes. Así mismo, la piel de una serpiente colgando de una viga protegía toda la casa que quedaba abajo.
En realidad, la palabra duende suele ser utilizada la mayor parte de las veces para designar a los duendes domésticos. El diccionario dice que procede de una contracción de los términos "Duen de casa", "Dueño de casa". Entre sus bromas se encuentran las de hacer desaparecer cosas o cambiarlas de sitio, los ruidos extraños, el fuego que se apaga o se enciende, risas estentóreas, apedrear muebles...
No coinciden las descripciones de los duendes acerca de un tamaño concreto, pero sí que estamos todos de acuerdo en que no es alto, más bien su tamaño es el de un "niño pequeño". El mismo diccionario de la Real Academia Española de la Lengua señala que el duende "aparece con figura de anciano y de niño en las narraciones tradicionales". En muchos otros casos, se diferencia entre el aspecto de niño y la cara arrugada, como de un viejo, que tiene el duende.
Ahora bien, también se define como un duende el ratón colorado de Murcia, o los duendes con apariencia de frailes, abundantes en la literatura del siglo de oro español, y reconocibles en los grabados de los Caprichos de Francisco de Goya. Durante mucho tiempo, en España se describieron los duendes de manera similar a pequeños diablillos con rabo y cuernos en la frente.
Duendes eran también, los llamados Diablillos Familiares o Espíritus Familiares, unos seres diminutos que servían a grandes magos y brujos, y que solían guardarse en ampollas de vidrio, en la empuñadora de la espada o en canutos. En ocasiones, se les ha descrito bajo la apariencia de moscas o mosquitos voladores. A una orden de su dueño, los diablillos o diaplerons salían zumbando del recipiente para cumplir su cometido en muy poco tiempo, ya fuera éste construir un edificio o segar todo un campo de cereal.
Otro tipo de duende es el llamado Follet en Aragón, Cataluña, Mallorca y algunos lugares de Italia. Tiene que ver con la rapidez, algo huidizo que a veces se sitúa entre las crines de los caballos y los lleva alocados al galope. Otras veces se describe al Follet con la imagen tradicional del gnomo con barba blanca y gorro rojo.
Dos tipos de duendes cántabros tienen también sus características particulares: los tentirujos y los trentis, siendo los primeros descritos como viejecillos con grandes orejas y boinas rojas, y los segundos, de vida silvestre, ojos verdes y piel cubierta de musgo.
Sílfides: Se cree que las sílfides son semihumanas voladoras de gran belleza. Están emparentadas con las dríadas y las ninfas.
Físicamente, una sílfide tiene la apariencia de una elfa o una humana, muy bella y de rasgos delicados. Tiene alas de libélula y son transparentes o con manchas iridiscentes. Sus cabellos son largos y del color típico de una humana, aunque también pueden ser azules, verdes o violetas.
Son seres neutrales, de carácter amigable. Mantienen el aspecto juvenil durante toda su vida. Hablan en un lenguaje musical, propio de los seres mágicos con los que están emparentadas.
Las sílfides habitan en las alturas, ya sea en las montañas o en las copas de altos árboles. Rara vez se las ve en tierra firme, pero quienes las han avistado afirman que construyen sus nidos individuales en las laderas de las montañas, o tallados en los árboles.
Una sílfide tiene capacidad de levitar innatamente. Su ágil vuelo es comparable al de pocos seres. Puede volar y moverse libremente, las alas sólo le sirven para coger impulso. Sin embargo, esta capacidad de levitar es de carácter mágico. Si se les lanza un conjuro anti magia no pueden volar.
Las sílfides tienen otras muchas habilidades mágicas, como la de hacerse visible o invisible a voluntad, y la de invocar elementales del aire.
Se dice que las sílfides pueden tener descendencia con humanos o elfos, obviamente todo eso es leyenda.
Una vez que la sílfide deposita un único huevo perlino, invoca a un elemental del aire para que proteja y dé calor al huevo hasta el momento de su eclosión. Las pequeñas sílfides tienen el aspecto de una niña humana, pero con dos pequeñas alitas. Estas pequeñas sílfides pueden alcanzar el ágil vuelo a partir de los 10 años de estar materializadas.
Salamandras: Llamadas hadas del fuego, pues dirigen a este elemento. Son conocidas también como Farisilles o Shallones.
Hay diversas categorías de Salamandras: Farrallis, que son los que elaboran los planes de trabajo. Aspiretes, que ejecutan los proyectos de los Farrallis. Hiarrus, que supervisan las tareas de los dos primeros, y Ra-Arus, que gobiernan el mundo del fuego.
Ondinas: Se las considera las hadas de los ríos y junto con los Wallanos, habitan en los diversos cursos de agua.
Nereidas: También llamadas Nerenes o Ensines, son las hadas de los mares.
Silfos: Son las hadas del aire, llamadas también Wallotes o Arienes. Se dice que controlan los vientos y frenan las tempestades que producen otros elementales de muy baja frecuencia.
Otros Silfos son los llamados Céfiros y, al igual que las Wallotes, también son los elementales del aire. Son espíritus que tienen su reino en los vientos, brisas, ráfagas, remolinos, etc. Cada uno es distinto según su manifestación. Adoptan formas muy extrañas y están presentes constantemente, aún en los días en que parece que no se mueve ni una sola gota de aire.
El carácter de ellos, por lo general es muy amigable, salvo en determinadas horas en que los jefes de los aires toman el mando y pueden provocar grandes catástrofes. Son muy cambiantes y la amistad con ellos evitaría muchos problemas. Estos elementales están presentes en todo el globo y en los últimos años es posible que se encuentren enojados, pues las acciones humanas han perjudicado bastante el clima del planeta, transfiriendo problemas a otras dimensiones o liberando fuerzas que ellos mismos no sabían que podían utilizar. Esto es igual en los otros reinos, tanto en las aguas, como en el fuego y la tierra.
Los silfos son elementales bastante difíciles de captar a simple vista, pues se mueven a grandes velocidades por la inmensidad del aura planetaria. Su vibración es muy sutil y la facultad de percibírseles reside no solamente en la rapidez de sus movimientos, sino también en el frecuente cambio de forma que adoptan en el aire.
No nos olvidemos que los elementales son "trazos de energía supra lumínica" y se presentan ante nosotros adoptando una forma ilusoria.
Los Céfiros son la forma más sutil de la familia de los silfos y siempre ha sido la inspiración de infinidad de poesías. También son parte de la mitología y están relacionados con el nacimiento de Afrodita, pues cuando la llamada diosa del amor es engendrada por Hera y Zeus, los Céfiros envuelven a Afrodita con brisas marinas y la transportan primero a Citera y luego a Chipre, donde las Horas la vistieron y la guiaron a la morada de los Inmortales.
Se comenta también que cuando los Céfiros crean los vientos que llevan su nombre, lo hacen en función de envolver con su aire el corazón de los enamorados y así fortificar su amor.
Hadas: Las Hadas son los Elementales más evolucionados. Cuando se materializan en el mundo físico no lo hacen por mucho tiempo, pues las frecuencias densas del mismo las incomoda.
Se dice que su labor es una de las más importantes en el plano físico, pues trabajan en la composición cromática, que es darle color a los elementos del plano físico. Ya hemos dicho en varios artículos que la materia es energía condensada y esa energía tiene color, sonido y vibración, que se diferencian en cada elemento.
El aura que rodea a nuestro cuerpo físico también posee un color y una vibración determinada.
Cada color áurico representa un estado de ánimo y cada sonido puede alterar a favor o en contra ese estado.
Las hadas colaboran con el hombre trabajando sobre sus proyecciones mentales, tratando de elevar en forma sutil el pensamiento de cada ser humano.
Se presentan a los ojos de cada persona como pequeños seres alados con forma humana femenina.
La frecuencia vibratoria de las hadas es altísima, solo comparable a la de los ángeles.
Tipos de Hadas:
No se podrían enumerar todas las clases de hadas que viajan y pululan por todos los bosques de todo el mundo, ni siquiera, por nuestro entorno. Aunque lo que sí se puede es diferenciar algunos tipos fácilmente reconocibles. Entre ellos:
Damas Blancas: Suelen localizarse en Europa, y más concretamente en Alemania y países de alrededor. Con todo ello, se dice que revolotean por los castillos o en arbustos que consideran sagrados.
Las Damas Blancas se podrían considerar como las más selectas de todas, representando los ideales y las virtudes. Esta tipología es reconocible porque suelen vestir con atuendos blancos que denotan la pureza de sus espíritus y sus intenciones que suelen ser tremendamente bondadosas.
Se dice que esta familia de hadas suele ayudar a toda persona que se pierda en un camino.
Damas Verdes: Personifican las fuerzas de la naturaleza y se dice que debido al viento, se han ido convirtiendo cada vez en más etéreas; su residencia se localiza en bosques especialmente frondosos, prados o incluso terrenos desérticos dentro de castillos de cristal, hielo o coral. Las damas verdes recibieron ese nombre debido al color del que iban ataviadas sus vestimentas.
Algunas tradiciones comentan que anteriormente fueron dañinas para el hombre, pero que con el tiempo y la convivencia aprendieron a adaptarse llegando a convivir con él y facilitándole la vida.
Dríadas: Son las hadas que se localizan en los bosques y se predispone que su vida gira en torno al tiempo de vida del árbol en el que residen. Siendo hermosas, frágiles y considerándose como las Ninfas de los bosques, en innumerables ocasiones se ha dicho de ellas que reflejan rayos de color dorado en sus ojos, cuando se aparecen a los seres humanos.
Las Dríadas suelen cantar, aunque sus cantos se suelen confundir con el ruido que provoca el viento al agitar las hojas.
Mano Blanca: Son las hadas más peligrosas que se conocen pues su relación con el hombre puede resultar mortal para este último. Las historias dicen que suelen presentarse por la noche a los viajeros, intentando seducirlos y sólo con el roce de su cuerpo, que suele ser de un blanco espectacular, el ser humano caerá en muerte o por lo menos, en ataque de locura. La mayoría de los estudiosos de las hadas toman esto último solo como relato de viajeros con mucha imaginación.
Las Fatas: Son hadas de muy antaño y se consideran como una estirpe aristócrata.
Se dice que son las que ponían a prueba a los hombres, por medio de disfraces. Así que si un viajero caminaba por el bosque y encontraba a una anciana cargada de leña que le pedía ayuda, él debía hacerlo porque seguramente se trataba de una Fata que quería ponerlo a prueba.
Sirenas: Innumerables son los habitantes de las aguas, especies animales y vegetales aún desconocidas, y lo mismo ocurre con seres feéricos y legendarios. Las sirenas son, entre ellos, los más conocidos. Les siguen en popularidad las ondinas y las ninfas.
Quizás algunos hayan oído hablar de las mujeres-foca, de las hadas lavanderas o de las náyades.
Las sirenas eran el equivalente a las ninfas pero en el mar pues residían en la zona de Sicilia cerca del cabo Pelore. Sus padres fueron Calíope y el río Aquelao, según unas versiones y Forcis o Gea, según otras. El número exacto de ellas no está totalmente claro, hay quien afirma que eran tres, pero también se dice que fueron cinco e, incluso ocho.
El cuerpo de las sirenas, a pesar de que vivían en los océanos y de lo que tradicionalmente se ha representado, estaba formado por un cuerpo de ave y un rostro de mujer, por lo tanto, no tenían aletas, sino alas. Las sirenas detentaban una voz de inmensa dulzura y musicalidad y se prodigaban en cantos cada vez que un barco se les acercaba, por lo que los marineros, encantados por sus sonidos, cuando no podían huir de ellas se arrojaban al mar para oírlas mejor pereciendo irremediablemente. Sin embargo, si un hombre era capaz de oírlas sin sentirse atraído por ellas una de las sirenas debería morir. Fue esto lo que propició el héroe Odiseo, más conocido como Ulises. Cuando Odiseo estaba viajando en barco en una de sus muchas hazañas halló a las sirenas y para evitar su influjo ordenó a sus tripulantes, según consejo de Circe, que se taparan los oídos con cera para no poder escucharlas mientras que él se ató al mástil del barco con los oídos descubiertos. De esta forma, ninguno de sus marineros sufrió daño porque no oyeron música alguna mientras que Odiseo, a pesar de que había implorado una y otra vez que lo soltaran se mantuvo junto al poste y pudo deleitarse con su música sin peligro alguno. En consecuencia, una de las sirenas tuvo que perecer y esta suerte le sobrevino a la sirena llamada Parténope. Una vez muerta las olas la lanzaron hasta la playa y allí fue enterrada con múltiples honores. En su sepulcro se instaló después un templo. El templo se convirtió en pueblo, y finalmente el lugar donde fue enterrada esta sirena se transformó en la próspera Nápoles, llamada antiguamente Parténope. También existe otra leyenda acerca de las sirenas que afirma que los Argonautas también sobrevivieron a su influjo porque Orfeo, que les acompañaba, cantó tan maravillosamente que anuló completamente su seductora voz.
EL ORIGEN DE LAS SIRENAS
Difícil es dilucidar el verdadero origen de las sirenas. Dejando a un lado a las antiguas sirenas con forma de mujeres-ave, se dice que la primera mujer-pez conocida fue Atargatis, la diosa de la luna, protectora de la fecundidad y el amor. Atargatis, perseguida por Mopsos, se sumergió en el lago Ascalón con su hijo, y se salvó gracias a su cola de pez. Esta leyenda se confunde con la de la diosa siria Derceto, que también se arrojó a las aguas del mismo lago, después de matar a uno de sus sacerdotes y abandonar a la hija de ambos en el desierto. Derceto recibió la cola de pez como símbolo de su pecado, y su hija, criada por las palomas, se convirtió en Semíramis, reina de Babilonia.
También puede encontrarse una semejanza con las sirenas en la diosa Afrodita, hija del semen de Zeus convertido en espuma de mar, que fue diosa del amor y protectora de los marinos. Su espejo ha sido heredado por toda la estirpe de sirenas.
Para buena parte de los sabios griegos, sin embargo, las sirenas tienen por padre a Aqueloo, un río personificado en figura de hombre con cola de pez. En cuanto a la madre, la confusión crece: puede ser la diosa de la memoria, o alguna de sus hijas, las musas. Quizá las sirenas sean hijas de la Elocuencia, de la Danza, de laTragedia o de la Música. Hasta podrían ser hijas de Ceto, la ballena.
OCEANIDAS Y NEREIDAS
El dios Océano y su hermana Tetis tuvieron trescientas hijas, las Oceánidas, que luego se extendieron por todos los mares y los abismos marinos. Una de ellas, Dóride, fué madre de otras cincuenta ninfas de agua, las Nereidas, llamadas así en honor a su padre Nereo, de la raza de los Viejos del Mar, creada también por Océano y Tetis.
Las Nereidas habitan en el Mar Mediterráneo, y cada una de ellas representa una de las formas de este mar. Por ejemplo, Talía es la sirena verde, y Glaucea, la azul. Dinamenea simboliza el vaivén de las olas, y Cimodaré, la calma. Una de las Nereidas, Anfitrite, fue amante de Poseidón y madre de los Tritones. Las Nereidas protegían a los barcos, y no cantaban para atraer a los marinos, sino para complacer a su padre. Los antiguos describieron a las Nereidas con el cuerpo cubierto de escamas y formas de pez. A partir de aquí, el mito de la Sirena fue creciendo por todo el mundo como las ondas en la superficie calma del agua...
SIRENAS HISTÓRICAS
Hasta en los mapas del Renacimiento podía leerse la frase “Hic sunt sirenae” (Aquí están las sirenas) escrita en medio de las áreas destinadas a los océanos. El hombre que surcó el Atlántico, Cristóbal Colón, también asegura que él y sus hombres las vieron, aunque no tan bellas como cuentan las historias. Muchas crónicas de reyes refieren la existencia de sirenas capturadas, y aún cercanos nuestros días navegantes y exploradores relatan encuentros con mujeres marinas, como una que apareció en la Antártida en 1823 u otra en las Bahamas en 1869. La primera tenía los cabellos verdes, la segunda, azules. Sin ir más lejos, en Liérganes, municipio español, existió un hombre-pez, y circulan rumores de otro ser de estas características en el río Ebro.
SIRENAS, CANCIONES Y LEYENDAS
"Encantan a los mortales que se les acercan. ¡Pero es bien loco el que se detiene para escuchar sus cantos! Nunca volverá a ver a su mujer ni a sus hijos, pues con sus voces de lirio las sirenas lo encantan, mientras que la ribera vecina está llena de osamentas blanqueadas y de restos humanos de carnes corrompidas..." Este texto escrito hace 2.800 años es probablemente el origen de la más antigua y conocida de las leyendas: las sirenas que atraen a los marinos con sus voces mágicas, y hacen encallar los barcos y ahogarse los tripulantes. Homero lo imaginó así, y así nos lo contó en La Odisea.
Las páginas de muchos otros libros se han nutrido de los seres de las aguas, y las leyendas, como ríos de la memoria de la Humanidad, han permanecido hasta nuestros días.
Ulises y las Sirenas
Las sirenas son personajes mitológicos cuyo canto embrujador llevaba a los marinos a la perdición. Sus métodos de seducción variaban de un relato a otro, pero todas ejercían una atracción sin parangón sobre los navegantes.
El primer testimonio acerca de la aparición de sirenas se remonta a La Odisea de Hornero, que relata las aventuras tumultuosas del héroe griego Ulises, durante su largo viaje de regreso a Itaca, después de la guerra de Troya. Las sirenas de la época no son esos seres mitad mujer, mitad pez, que las leyendas más modernas retuvieron, sino unas aves con cabeza y pecho de mujer.
Un canto melodioso e irresistible
En la mitología griega, las sirenas viven en una isla del Mediterráneo. Su canto es tan bello que los marinos que las escuchan no pueden resistírseles y dirigen sus naves contra los arrecifes. Los supervivientes son asesinados sin piedad. Cuando Ulises abandona la morada de la hechicera Circe, sabe que debe pasar cerca de la isla de las sirenas. Siguiendo los consejos de la hechicera, el astuto héroe recurre a una estratagema que le permitirá oír y no obstante salvar la nave y a sus compañeros. Tapa los oídos de sus hombres con cera después de haberles pedido ser fuertemente atado al mástil. Así podrá saciar su curiosidad escuchando el canto de las sirenas, sin ceder a su encantamiento.
Este canto se revela melodioso y desgarrador, y está colmado de bellas promesas. Ulises les grita a sus compañeros que lo desaten, pero por supuesto éstos permanecen sordos a sus gritos. Finalmente, el barco pasa y los héroes escapan al funesto destino de tantos otros marinos.
Sin embargo, Ulises no es el único en enfrentarse a las sirenas. El poeta mítico Orfeo, que acompaña a Jasón en búsqueda del vellocino de oro, logra también resistir a su fatal encanto. En el instante en que Jasón y sus hombres, los argonautas, atraídos por las melodiosas voces, cambian de rumbo y se dirigen peligrosamente hacia los arrecifes de la isla, Orfeo toma su lira y entona un canto tan sublime que cubre las melopeas de las sirenas y salva a los marinos, arrancándolos de su mortal contemplación.
¿Quiénes son las sirenas?
Las sirenas de la época homérica son tres hermanas, hijas del dios río Aquelloo y de la musa de la poesía Calíope. Lidia toca la flauta, Fartenopea la lira y Leucosea lee los textos y los cantos. Antiguas compañeras de Perséfo-ne, hija de Zeus y de Deméter, raptada por Hades, el dios de los Infiernos, pidieron a los dioses que les otorgaran alas para poder salvar a la joven y traerla de vuelta sobre la tierra. Según otra versión, deben su apariencia a Deméter, que quiso castigarlas por haber sido negligentes en el cuidado de su hija. Su nombre proviene del término latino siren, que a su vez proviene del griego seirén, de la palabra seim, lazo, cuerda, recordando sin duda el poder cautivador de las sirenas.
Mujeres-pájaro, luego mujeres-pez
La apariencia física de las sirenas evolucionó. En época griega, eran representadas como seres alados, con cara humana y cuerpo de ave como lo prueban diferentes vasijas griegas antiguas. Su transformación en criaturas mitad mujer, mitad pez, con la parte inferior recubierta de escamas, se remonta al parecer a la Edad Media y a las leyendas celtas y germánicas.
Pero, ya bajo el Imperio romano, se les confunde con las Nereidas, las cincuenta hijas de Nereo, dios marino, y de Doris, descendiente del titán Océano.
Las bellas Nereidas son las ninfas del mar y por lo tanto no es sorprendente que hayan sido tomadas por sirenas, también figuras marinas...
Sea como sea, esta leyenda, nacida de la mitología griega y transmitida a través de los siglos, permanece durante mucho tiempo vivaz y continúa asediando la imaginación de los navegantes del mundo entero.
Las sirenas a través de los tiempos
Aunque las sirenas nacieron de la imaginación de los poetas griegos antiguos, la tradición que éstas inspiraron se transformó y se desarrolló con el paso del tiempo, particularmente bajo la influencia del folklore nórdico.
La mitología nórdica. Las leyendas irlandesas e inglesas hacen todas referencia a la presencia de sirenas a lo largo de sus costas, mientras que la mitología germánica las ve surgir de la espuma de las olas. La tradición bretona relata que Ahez, hija del rey Grallon, habría sido sumergida en las aguas por haber entregado la ciudad de Ys al diablo y a las olas, y se habría convertido en sirena. Saxo Grammaticus, un cronista de los siglos XII y XIII, describe por su parte el combate del rey danés Hadding, hijo de Gram, contra un monstruo acuático, mitad hombre, mitad pez.
Donde se pesca a un hombre-sirena. Las representaciones de sirenas se multiplican durante la Edad Media y se transforman en uno de los temas favoritos de decoración de los manuscritos. Hacia el año 1200, el cronista inglés Ralph de Coggeshall escribe: "Durante el siglo pasado, bajo el reinado del rey Enrique II, unos pescadores de Oxford capturaron en el Canal de la Mancha a un hombre desnudo, que nadaba con soltura bajo el agua. Encerrado durante varios días, éste se alimentó principalmente de pescado.
No pronunciaba la más mínima palabra, aun bajo las peores torturas. Devuelto al agua, rasgó la red que lo retenía y consiguió hacerse mar adentro. Después de un tiempo, volvió a la orilla y vivió durante dos meses entre la gente de Oxford antes de volver definitivamente a su elemento natural".
Las sirenas de Cristóbal Colón. Mientras se encuentra frente a las Antillas, el navegante genovés cree divisar tres de estas criaturas que bailan en el agua. Son feas y mudas, pero él descubre en su mirada una cierta "nostalgia de Grecia".
Un encuentro moderno. En 1869, en las Bahamas, seis hombres que se dirigen en canoa hacia una bahía divisan una sirena de deslumbrante belleza, con los cabellos azules flotando sobre sus hombros y las manos hendidas. Ésta emite unos grititos de sorpresa al ver a los marinos y desaparece poco después, sin dejar que se acerquen.
La apariencia física de las sirenas evolucionó. En la época griega, eran representadas como seres alados, con cara humana y cuerpo de ave como lo prueban las diferentes vasijas griegas antiguas. Su transformación en criaturas mitad mujer, mitad pez, con la parte inferior recubierta de escamas, se remonta aparentemente a la Edad Media y a las leyendas celtas y germánicas. Pero, ya bajo el Imperio Romano, se las confunde con las Nereidas, las cincuenta hijas de Nereo, dios marino, y de Doris, descendiente del Titán Océano. Las bellas Nereidas, de las que hablaremos más adelante, son las ninfas del mar y por lo tanto no es sorprendente que se las haya asemejado a las sirenas, también figuras marinas...
A las sirenas se las describe con frecuencia asomándose a la superficie del agua, o sentadas en una roca, peinándose su largo y rubio cabello con una mano y un espejo en la otra. Posteriormente, las sirenas pasaron a ser consideradas divinidades del más allá, y se suponía que cantaban para los bienaventurados en las Islas Afortunadas. Fue así como pasaron a representar las armonías celestiales y es así como las dibujan en los ataúdes y sarcófagos.
Aunque las sirenas nacieron de la imaginación de poetas griegos antiguos, la tradición que éstas inspiraron se transformó y se desarrolló con el paso del tiempo, particularmente bajo la influencia del folclor nórdico. La leyenda de las sirenas se popularizó rápidamente; se extendió por toda Europa y llegó incluso a territorios muy alejados, como la India, Rusia y Japón, pasando después a América. Algunas de las historias las representaban crueles, como la de Ulises, y otras las describían dulces y amorosas, como en el caso de Ondina, que según el relato apareció en la costa de Francia.
La mitología nórdica.- Las leyendas irlandesas e inglesas hacen todas referencia a la presencia de sirenas a lo largo de sus costas, mientras que la mitología germánica las ve surgir de la espuma de las olas. La tradición bretona relata que Ahez, hija del rey Grallon, habría sido sumergida en las aguas por haber entregado la ciudad de Ys al diablo y a las olas, y se habría convertido en sirena. Saxo Grammaticus, un cronista de los siglos XII y XIII, describe por su parte el combate del rey danés Hadding, hijo de Gram, contra un monstruo acuático, mitad hombre, mitad pez.
(Hay un artículo completo en varios links sobre las sirenas en la parte de Enigmas)
Ninfas: Son divinidades menores femeninas que habitan el campo, los bosques y las aguas. Personifican la fecundidad de la naturaleza. Habitan en grutas y frecuentemente forman parte del cortejo de alguna diosa como Artemis. Existen ninfas de diversas categorías, según habiten en los bosques, fuentes o el mar. Intervienen en numerosas leyendas y tienen amores con dioses y mortales aunque sus amantes ordinarios son los espíritus masculinos de la naturaleza como los sátiros o el dios Pan.
Para los antiguos griegos, las ninfas eran los espíritus elementales del agua. Ellos dieron nombre a todas las razas de ninfas:
- -Oceánidas y Nereidas, para las ninfas marinas, verdaderas antepasadas de las sirenas;
- -Náyades, Creneas y Pegeas, las ninfas de las fuentes;
- -Potamides, las ninfas de los ríos;
- -Limnades, las de los lagos.
Pero claro, el agua está presente en todo lo que nos rodea, y los sabios pronto se dieron cuenta de que habitaban ninfas del agua en muchos otros lugares. Y también hubo que buscar nombres para ellas. Al grupo de las ninfas de las aguas las llamaron Efidríades, y luego nombraron Uranias a las ninfas del cielo y Epigeas las de la tierra. Estas últimas se dividían en:
- -Oréades, ninfas de las montañas;
- -Napeas y Auloníades, ninfas de los valles;
- -Melíades, ninfas de los prados;
- -Dríades y Hamadríades, ninfas de los bosques;
- -Corícides, ninfas de las cuevas.
Las Náyades son las ninfas que habitan en ríos y fuentes, es decir, las hadas de agua dulce. En algunos países de Europa se conoce a estos elementales como Náyades, aunque se utiliza con mayor frecuencia el de ninfas, que en realidad es una denominación más amplia que engloba a todos los seres legendarios relacionados con las aguas.
Homero habló de las Náyades, y dijo que eran hijas de Zeus y madres de los seres conocidos como Silenos y los Sátiros.
Entre las descripciones que reciben se encuentran las que las dibujan vestidas con ropajes azules y refulgentes, y coronadas sus cabezas de largos cabellos de color verde o negros, con flores y nenúfares. Los dientes son pequeños, puntiagudos, transparentes o verdosos. Pueden aparecerse también totalmente desnudas, sus miradas y sus sonrisas son enigmáticas, y cargadas de magnetismo y seducción.
Son amantes de la música, de la misma manera que las corrientes de los ríos y los saltos de las cascadas tienen su propio ritmo. De sus sensuales labios se desprenden dulces canciones, con palabras o sin ellas, y su aparición suele ir precedida de melodías excepcionales, que encantan los oídos de los mortales que las escuchan. No andaba errado el poeta que habló de las "aguas cantarinas".
Pero no sólo los ríos y lagos son morada de bellas hadas acuáticas, las leyendas nos hablan también de atractivos elfos y genios, de Hombres del Río, que comparten con los seres femeninos su pasión por la música y la belleza. Los Hombres del Río suelen tañer instrumentos de cuerda, como salterios o mandolinas, y es posible que su misión sea la de custodiar los caminos fluviales que conducen en muchos mitos a los olvidados reinos y países élficos.
Y a pesar de que en este cambiante mundo de los seres legendarios, la racional clasificación del estudioso es poco menos que un intento baldío, las más de las veces ocasión para risas ocultas de hadas y duendes, en ELFOS aportaremos un breve guión de nombres de hadas y personajes, por si fuera de interés para los buscadores de leyendas.
BREVE LISTADO DE NINFAS, HADAS Y ELFOS DE AGUA DULCE
ASRAI
Son pequeñas de estatura. Habitan en lagos y ríos profundos del norte de Europa. Se diluyen en el agua si les alcanza un rayo de sol, sólo salen en noches de luna llena, las Noches de Asrai. Son viejas, pero con apariencia de doncella joven, cabellos largos y verdes, desnudas. Habitan en los huecos de las rocas.
COTALUNA
Ondina que habita en el río Gramame de Brasil. Durante el verano se aparece con forma totalmente de mujer, atractiva y seductora. En invierno le crece una cola de pez y largos cabellos negros.
DONAS D'AIGUA
Habitan en aguas de ríos, barrancos y fuentes de los Pirineos aragoneses y catalanes y del Languedoc. También en las Islas Baleares. Peinan sus cabellos con peines de oro y sienten una gran atracción por los hombres. Alguna Dona d'Aigua ha llegado a contraer matrimonio con un humano, como se cuenta en una leyenda del Montseny.
FADAS D'OS IBONS
Ondinas que viven en los profundos ibones o lagos de origen glaciar de los Pirineos aragoneses. Atraen a los pastores y a los montañeros con canciones, especialmente en la Nochebuena. También se las llama moras, y bailan sobre las aguas en las madrugadas del día de San Juan, con serpientes que se enroscan en sus brazos.
FOSSEGRIM
Espíritu de las cascadas de Noruega. Apenas mide treinta centímetros, tiene unos espléndidos cabellos dorados. Canta canciones mágicas que hacen bailar a los árboles y atrae a los niños para ahogarlos.
GLAISTIG
Tiene patas de cabra ocultas bajo su largo vestido verde. Es una mujer seductora que, a veces, cuida el ganado que baja a beber a la orilla. Le gustan los niños y protege a los ancianos. Las lamiñak, lumias o lainas del norte de España también pueden tener patas caprinas.
GWRAGEDD ANNWN (o annwfn)
En Gales llaman así a las hadas de los lagos. Son mujeres muy parecidas a las humanas, muy bellas y sensuales. Suelen casarse con hombres, a los que imponen la condición de que no les peguen más de tres veces. Lloran y ríen sin motivo, y son grandes conocedoras de plantas medicinales. En una roca junto a un lago de Gales existe una puerta que sólo puede verse en las mañanas del Año Nuevo. Conduce a una isla mágica donde habitan. Una derivación son las GRUAGACHS, las velludas, entran chorreando agua en las casas y piden que se les deje calentarse al fuego. Son seres femeninos y también masculinos. Pueden ser idénticos a las GLAISTIG.
KELPIE
Relacionado con los Hombres del Río, adopta la forma de un caballo de color gris que recorre ríos y arroyos de Escocia. Atrae especialmente a los niños, que una vez en su lomo, son ahogados.
LAMIÑAK y LAINAS
Seres femeninos relacionados con el agua de fuentes y riachuelos en el País Vasco, Navarra y Aragón. Tienen patas de ganso o garras de ave. Algunas pueden tener patas de cabra, lo que las relacionaría con las Glaistig. Hay ciertas leyendas dispersas en otras zonas de España, donde las llaman Lumias.
LAVANDERAS
Aparecen por todo el norte de la península española y en países de la costa atlántica de Europa Central y Reino Unido. En algunos casos tienen características que las asocian a las brujas, en otros son propiamente hadas que danzan y tienden la ropa blanca entre los árboles y sobre la hierba de los prados, después de lavarla en los ríos. Hay una gran variedad de leyendas sobre ellas, lo que las dota de descripciones muy diversas.
LIWA
En Nicaragua, son unos gusanos gigantes de color blanco que habitan en el fondo de los lagos.
LORELEI
El hada acuática del Rhin, que habita en la roca llamada Lore Lay.
LLAMHIGYN Y DWR
Monstruo de los ríos con forma de sapo gigante, con alas y cola. Da unos gritos espantosos y se come al ganado que baja a beber a la orilla.
NAVI
Las almas de niños muertos sin bautismo o ahogados en los países eslavos se transforman en náyades vestidas con túnicas blancas y habitantes de ríos y lagos. Cantan para atraer y ahogar a los caminantes.
NIXE
Ondina de la Europa Septentrional. Tiene muchas variantes, tanto del género masculino como del femenino. NECK. Escandinavia y Suecia. Hombre de río con gorro rojo que toca un arpa de oro y exige un sacrificio humano al año. Grita la palabra "Cruza" por las riberas cuando alguien se ha ahogado. NICK en Escocia, NOKKE en Dinamarca, NAKK en Estonia, NIKKRT en Holanda, NAKKI en Finlandia, siendo la NAKINEIU más parecida a las sirenas...
NOGGLE
Es el Kelpie que habita en Shetland. Poney gris que nada cerca de los molinos de agua.
OIARÁ
En Brasil, es una muchacha de largos cabellos negros cubiertos de guirnaldas que atrae a los hombres a las aguas profundas. A veces, los machos de las Oiará fecundan a las mujeres nativas.
RUSALKI
Habitan en Rusia, Bulgaria y Polonia. Sólo pueden verse en Semana Santa. Tienen relación con las Hadas Lavanderas, pues desde los árboles a los que se suben piden prendas de lino a los caminantes, que lavan y tienden a secar. Si alguien se las lleva, muere. Hacen nidos de plumas y juncos bajo el agua. Caminan por los campos, haciendo mover las espigas de trigo., desde el día de Pentecostés hasta el 29 de junio, cuando comienzan sus danzas circulares hasta las primeras nieves. Dicen que son los espíritus de las jóvenes que se suicidan en los ríos. Su sonrisa enigmática encanta a las personas y su abrazo es mortal.
VODIANOY
Duende ruso de cabellos verdes y aspecto de una ahogado, con el cuerpo hinchado. Habita cerca de los molinos de agua. Provoca la hidropesía.
XANA
En Asturias y Cantabria, es un hada que vive en ríos y fuentes. Viste ropas blancas o floreadas. Hilan madejas de oro y danzan y cantan enamorando a los pastores. Es de pequeño tamaño.
YEURE
En Francia llaman así a un misterioso animal que vive en el fondo de ríos y lagos y con sus enfados los desborda.
YACUMANA
Serpiente gigante, Madre del Agua que se transforma en un gran río cuando sale de las profundidades.
Tritones: En la tradición mágica europea hay una considerable diferencia entre los elementales del agua salada (habitantes de mares y océanos) y los del agua dulce (habitantes de ríos y lagos) tanto en el carácter como en el aspecto. En tanto los que habitan los lagos son hermosos, de apariencia joven y seductora, los marinos son serios, de piel arrugada, de rostro envejecido y lucen largos cabellos enmarañados. Solamente en aquellas regiones o países en los que la diferencia entre el mar y los ríos no es muy acusada (como en los Países Bajos, Noruega o Islandia, tierras de rias y fiordos), los elementales del agua adquieren muchas más semejanzas. Al contrario de las mujeres marinas, sus congéneres masculinos son menos abundantes (o eso parece) en cuanto a la cuestión demográfica, lo que tal vez explicaría que las ninfas y las sirenas estén en continua busca y captura de bellos mortales humanos para sus devaneos amorosos.
Señores del océano, los tritones están profundamente arraigados en la tradición de marineros y amantes del mar. Muchos se han extasiado y han sido llevados a su perdición por tritones Oscuros, y las historias de las personas que son salvadas por delfines también son producto de este linaje.
Luminosos u Oscuros, todos los tritones son sumamente propensos a emociones fuertes. Suyo es el profundo misterio del océano, y la terrible furia de sus tormentas. Una vez encolerizado, un tritón es un enemigo terrible, ya que ellos guardarán rencor durante tiempos increíblemente largos.
Los tritones viven a lo largo de las costas rocosas de océanos y mares. Muy raramente abandonan el agua para aventurarse tierra adentro, pero de vez en cuando, uno abandonará su ambiente nativo y se unirá a la sociedad terrestre. Aquellos que se pierden a la banalidad en este momento son especialmente llorados por su linaje. Un tritón que muera o sucumba a la banalidad en tierra seca se reencarnará como un caminante de tierra que es un destino peor que la muerte para la mayoría de ellos.
Los tritones Luminosos prestan poca atención a la sociedad mortal, pero los oscuros sienten una alegría impía atrayendo a mortales a su muerte en el agua. Esto ha servido para dar una reputación bastante mala a este linaje en la cambiante sociedad humana.
Aparte de la corte, los tritones ven las maneras de los caminantes de tierra con diversión, pero raramente actúan recíprocamente en la política de los otros linajes.
Apariencia:
Lo mas notable de la apariencia de un tritón es la falta de piernas. Tienen una larga cola escamosa como la de un pez de cintura para abajo. El color de las escamas varía enormemente, pero normalmente son de un brillante verde-azul. Sus rasgos humanos son generalmente fuertes y firmes. El pelo es normalmente azul-verdoso, y sus ojos son grandes y verdes. Los Tritones tienen membranas entre sus dedos.
Aspectos:
Los tritones Infantiles se divierten y juegan con delfines y focas. Preferirían nadar y jugar antes que nada.
A los tritones Rebeldes les encanta mofarse de los mortales y caminantes de tierra. Son auto-indulgentes y muy tercos.
Los Gruñones de este linaje crecen para parecerse más aun pez, su piel se torna de un pálido verde, y su deseo de caminar en tierra prácticamente desaparece. La única vez que un gruñón normalmente sale su gruta submarina es para soltar una furiosa venganza en el mundo mortal.
Apariencia:
En cuanto a la apariencia que muestran, según se recoge en decenas de historias, los hombres marinos del norte de Europa y de los mares fríos, son altos, con largas barbas de color blanco, aspecto de ancianos y dientes verdes (o iguales a los de los peces). El ejemplo prototípico lo constituyen los Merrows de Irlanda, que, al igual que nuestros duendes, llevan siempre puesto un gorro de color rojo. Cuenta la mitología que, como elementales que son, los tritones cambian de forma con frecuencia y pueden aparecer transformados en caballos, toros o personas. En Noruega aparecen convertidos en ocasiones en centauros, y en Escocia, donde suelen tener apariencia humana, son auténticos gigantes. De entre todos ellos destacaríamos a los siguientes:
Los Daoine-mara de Escocia, peludos, con barba, de nariz chata y aplastada, color amarillento y brazos largos y simiescos.
Los Mermen, de Suecia, Noruega y Dinamarca, de color verde y aspecto de peces, pero con barba y largos cabellos.
Los Havmand, de Noruega, son de aspecto juvenil, en contra de lo habitual, y tienen cola de pez, por lo que se asemejan a los del mar Mediterráneo.
Los Nóke se diferencian de sus congéneres porque solamente tienen un agujero en la nariz y usan sombreros verdes.
En Holanda habitan los Neckers que son de un tamaño muy pequeño.
Los tritones del mar Mediterráneo tienen colas de pez, como las sirenas, usan tridentes (símbolo mágico asociado siempre a Poseidón) y cabalgan sobre la grupa de los delfines, con los que se comunican sin problemas en su mismo idioma. Habitan en cavernas y cuevas en el fondo del océano y algunos son capaces de construir maravillosas ciudades.
Poseidón:
Uno de los tritones más conocidos es Poseidón. Hijo mayor de los primeros dioses Cronos y Rea, Poseidón gobierna las aguas todas, es rey de oceános, mares, ríos y lagos. Cabalga sobre las olas a lomos de blancos caballos, y salta con los rápidos y las cataratas. Todos los habitantes de las aguas son sus súbditos, y de su unión con una sirena nacieron los tritones.
Poseidón eligió la mar como morada. En lo más profundo, allí donde la oscuridad es más espesa que el espacio alrededor de las estrellas, en el abismo del silencio, en la más gélida de las honduras, existe un reino de castillos dorados. Es Aigai, en el golfo de Eubea, donde habita el dios Poseidón desde el inicio del Olimpo, sometiendo el imperio líquido bajo su tridente. Sus famosos caballos tienen la crin dorada y las pezuñas de cobre.
Para Homero, Poseidón es "El que sacude la Tierra" y "El que rodea la Tierra". Con su poderoso tridente agita las olas, hace brotar fuentes y manantiales donde le place, y encauza su ira provocando los temibles seísmos.
Su esposa principal fue Amfitrite, una Nereida. Pero no fue la única. Como un fabuloso creador de monstruos, sus múltiples relaciones amorosas dieron como fruto este maravilloso bestiario fantástico:
Pegaso, el caballo alado, y Chrisaor, el de la espada de oro, hijos de su unión con Medusa. Kérkopes, los Aloadai, el gigante cíclope Polifemo, los gigantes Antaíos y Lamos, que era antropófago, el bandido Kerkion y el asesino Skirón, y en las estrellas, Orión, el Cazador maldito. Con su esposa más fiel procreó la raza de los Tritones, monstruos marinos con rostros humanos barbados y colas de dos extremidades, parecidas a las de los delfines. El cabello es de algas, tienen agallas tras las orejas y las manos parecen conchas.
También cuenta Platón, que Poseidón gobernó en la Atlántida, y que allí vivió en la montaña más alta con la joven Klito, con la que tuvo dos gemelos. El mayor de ellos fue Atlas.
Poseidón, llamado luego Neptuno, estará siempre presente en nuestra memoria cuando las olas se embravezcan y nuestro barco zozobre. Sólo él decidirá nuestra suerte de marinos.
Trasgos: Trasgo es el nombre genérico de un duende familiar, bien conocido en casi toda España, aunque con algunas variantes en el nombre. Trasgu en Cantabria y Asturias, Trasno en Galicia, Follet en Cataluña, y algunos otros que, seguramente, ya conocéis.
Muchos imaginan al Trasgo vestido de rojo, tocado con el clásico gorro del mismo color, y otros saben de buena tinta, que para disimular su presencia en el bosque, se viste con hojas de castaño cosidas con musgo, y aún, otros aseguran que es un duende flacucho y mal encarado, capaz de dar de bastonazos a quien intente impedirle robar la leche, la harina o las frutas.
Su verdadera diversión es hacer continuas trastadas a las personas, de quienes se burla con auténtico fervor. Suelen "adoptar" una familia humana, y con sus bromas pesadas y engaños continuos, consiguen acabar con la paciencia de todos.
Sin embargo, hay un medio para librarse de ellos, y es proponerles tareas que no puedan realizar, lo que les enfada tanto, que se van para siempre. En las antiguas casas de labranza, se les daba a lavar alguna piel de oveja negra, ordenándoles que estuviera blanca como la nieve al día siguiente. Ante la imposibilidad de tal cometido, el Trasgo abandonaba a sus adoptados humanos.
También se solía poner en las ventanas, por donde el Trasgo entraba a las viviendas, una taza o plato con semillas de cebada o mijo, de tal manera que el duende lo volcara al entrar. Esto le obligaba a recogerlas, tarea imposible de realizar en una noche, ya que el Trasgo tiene un gran agujero en su mano izquierda. O se le daba un cesto tejido y se le ordenaba que lo trajera lleno de agua de mar, cosa que acababa definitivamente con la paciencia del trasgo.
Con tales tareas encomendadas, no hay duda de que nadie querría soportar a unos humanos tan antipáticos y el Trasgo, finalmente, se alejaba refunfuñando. No iba muy lejos. Sólo al bosque más cercano, donde, desde las ramas de los árboles, se entretenía tirando piedrecillas a los caminantes.
Sátiros: Son parientes directos de los faunos, mitad humanos, mitad cabra. Simbolizan las maneras despreocupadas de la naturaleza. Los sátiros tienen el torso, la cabeza y los brazos de un hombre, y las piernas traseras de una cabra. La cabeza humana es adornada por dos cuernos agudos y llevan el pelo rizado. La piel del cuerpo superior se extiende de un marrón ligero hasta una piel rojiza. Los cuernos y los enganches son negros.
Salvajes y apasionados, los sátiros satisfacen sus deseos con abandono. Estos duendes insisten en que la sabiduría se encuentra en la pasión. Si esto es cierto, entonces los sátiros son con mucho los más sabios de la Estirpe. Aunque el resto de sus parientes (faunos, dryads y korred) puede menospreciar sus maneras terrenales, antes o después vendrán a pedir consejo, algo de apoyo o un muy buen rato.
Los sátiros son bien conocidos por su falta de cortesía. Su resistencia también es legendaria. Sea en las fiestas, bebiendo o cargando en la batalla, los sátiros tienen unas ventajas físicas definitivas sobre sus parientes. Aunque no tan hermosos como los sidhe, nunca les faltan amantes. Afirman que se debe a su mentalidad abierta y actitud audaz, pero muchos duendes creen que el Don de Pan tiene bastante que ver en ello.
Dionisio, el dios del vino, representa al sátiro por excelencia. Pasaba todo el tiempo bebiendo, tocando la flauta y persiguiendo ninfas por el bosque.
Sin embargo, la vida de un sátiro no es sólo deseo y rosas. La mayoría de los sátiros disfrutan de la soledad y el estudio. La amistad y el ejercicio intelectual también les sostiene. Son buenos confidentes y excelentes filósofos; así mismo, sus competiciones mentales pueden rivalizar con las de bebida. La poesía, el debate, la filosofía, la música... estas inquietudes más tranquilas les fascinan. Una vez que la contemplación se vuelve extremada, cambian de inmediato y están listos para experimentar de nuevo el otro lado de la vida. Al vivir sus vidas al límite, se embarcarán en otra infame juerga carnal. A menudo llevarán a sus compañeros intelectuales con ellos en un esfuerzo por ampliar sus horizontes.
Aunque son muy afables, los sátiros también pueden ser bastante exclusivistas. Sus bandas de linaje, llamadas tragos, son como grandes familias. Los amigos y amantes, compañeros de juegos y enemigos, pueden ir y venir, pero los tragos persisten. Si un sátiro muere o cae bajo la Banalidad, sus trago realiza un despertar épico con canciones sin fin y danzas frenéticas. Separar a una cabra de su trago es casi imposible. Sólo el peor de los crímenes podría llevarle al exilio.
La verdad no es nada para ellos sin la belleza, y tienen predilección por las cosas preciosas. Sin embargo, no son materialistas; es más fácil para ellos coleccionar personas con las que jugar hasta que se sienten satisfechos. Esto puede resultar difícil si el compañero de juegos se siente unido a ellos. Al igual que los sátiros son muy buenos con las ideas, los sentimientos son un misterio para las cabras.
Las pasiones de los sátiros corren a menudo sin freno porque no saben como controlarlas. Un sátiro Luminoso puede intentar entender a un amante despechado, pero nunca puede siquiera imaginar la razón de su dolor. Un sátiro Oscuro siente piedad de su amante, pero luego la Estraga libremente al servicio de su pasión. De cualquier modo, esto puede ser peligroso. Cuando la Canción de Pan está en juego, el caos fluye libremente y la mañana siguiente puede resultar fatal. Al responder a la llamada de la pasión, los sátiros siguen su propia sabiduría.
Apariencia: Los sátiros son delgados y velludos, llevan cabellos largos y raramente se afeitan. Las cabras no tienen vergüenza alguna respecto a sus costumbres, y aprecian la sensualidad de todas sus formas. Tienen piernas peludas pezuñas de cabra y pequeños cuernos que nacen de su frente. Las pocas ropas que llevan son resistentes y fáciles de quitar.
Estilo de vida: La música es una pasión común entre las cabras, y hacer de ella una forma de vida es su estilo de vida ideal. Lagares, destilerías, bares y discotecas atraen a los rebaños de sátiros. Llevan su resistencia al límite, y se esfuerzan por atraer todo el placer que pueden de la vida.
Infantiles: Los sátiros infantiles también son llamados "faunos". Aprender las habilidades principales de la vida, como cantar, música, correr y luchar, son sus principales preocupaciones. Sus interpretaciones musicales son normalmente exquisitas. Los infantiles tienen pequeñas protuberancias blandas en vez de cuernos.
Rebeldes: Son la propia esencia del caos feérico: lascivos, incontrolables y salvajes. Come, bebe y diviértete, porque puede que mañana seas viejo. Cada par de protuberancias crece para convertirse en cuernos. El tamaño de los cuernos es fuente de orgullo, así como centro de muchas bromas. Los cuernos de las dryads son algo más pequeños.
Gruñones: Buscan la sabiduría para escapar de la tristeza de su juventud perdida. Aunque disfrutan de una buena bebida y de un debate animado, saben que sus mejores años quedan atrás. Cuando la tristeza de un barbagris se vuelve demasiado grande, su trago se lo lleva para la última juega épica: el gruñón muere al amanecer del día siguiente. Los cuernos de un sátiro barba gris son impresionantemente grandes, y a menudo se curvan hacia atrás sobre la cabeza como los de un carnero.
Privilegios:
Don de Pan --Las fiestas dionisíacas son rituales para estos duendes. Cantar, la música la danza pueden usarse para avivar la pasión carnal de hadas y mortales. Cualquiera que falle una tirada de Fuerza de Voluntad se ve arrastrado por deseos ocultos y las actividades de la noche. Después de una o dos horas, la Banalidad de aquellos que están en el área desciende lentamente. Todo el mundo implicado, mortal o no, ve su Banalidad permanente reducida, mientras que los sátiros sigan actuando. Los tragos pueden combinar sus esfuerzos para hacer descender aún más la Banalidad. Cada sátiro que alimenta el fuego puede disminuir la Banalidad temporal de los asistentes. Estos efectos sólo duran mientras los sátiros siguen tocando.
Flaquezas:
Maldición de la Pasión --La pasión tiene sus momentos desagradables también. Los sátiros son propensos a excesos, especialmente cuando están borrachos. A la menor provocación explotan en un torrente de furia o en un mar de lágrimas. Más aún en las raras ocasiones en que intentar resistirse a la tentación, las dificultades aumentan para todas las tiradas de Fuerza de Voluntad.
Cita: Oh, sí... toda la sabiduría se halla en la pasión. Por cierto, tus ojos son encantadores a la luz del fuego...
Dice la leyenda que los sátiros habitan un territorio común con los centauros y tiende a ser amistoso con ellos, pues comprende su lenguaje.
Raramente los sátiros se encuentran con los Korred, otra raza vecina.
Los sátiros tienen varias celebraciones en época de primavera y verano. Estas celebraciones duran toda la noche y el vino corre como agua de arroyos.
Viven en cuevas cómodas y árboles huecos. No hay sátiros femeninos y se cree que los Dryads son las contrapartes femeninas del sátiro, y que éstos se acoplan con los dryads para producir más sátiros y dryads. En algunos bosques los sátiros acechan a las hembras humanas y las hechizan con el sonido de su flauta para copular con ella. Una mujer encantada por un sátiro puede volver después de unas semanas a buscarlo por el bosque, pues le dura la fascinación.
Los sátiros comen las plantas y las frutas, aunque se dice que también comen carne de venado.
Korred: Este pariente pequeño del sátiro tiene la misma forma de bailar y tocar la flauta, pero carece de los cuernos y tiene la barba más espesa y su pelo es más desprolijo.
El olor del Korred tiene aroma de árboles del pino y de la tierra fresca. Generalmente llevan bolsas de cuero grandes. Tienen voces ruidosas y hablan su propia lengua, más la de los sátiros, las dryads, los centauros , y los elves; algunos incluso hablan druida.
El korred puede utilizar su risa mágica tres veces por día; a menos que sea anulada por un bardo que canta. No tolera a los forasteros, a excepción de guardabosques raros, los druidas y los elves. Incluso éstos no deben interrumpir el mágico momento de la danza korred.
En algunos bosques de Bretaña y Francia, estos bailarines de la noche tienen, a su vez, otros parientes.
Los pequeños Goblins, que miden de uno a tres pies de alto y viven cerca de los cementerios y en las cuevas del mar. Llevan bolsas de cuero llenas por completo de monedas de oro, que mágicamente desaparecen cuando son capturados. Si un Goblin hechiza a un ser humano, este baila a veces hasta la muerte si no es liberado de esa magia.
Las familias de Korred son: Jetins y Vihans (un poco más pequeños), Cornus de Hommes (de Gascony), Corics, Kerions, Kouricans, Gwazig-Gan, Kourils, Korandon, Corriquets, Guerrionets, Korriks, Boudiguets, Corrrandonnets y Kkornikaned.
Faunos: En las idílicas llanuras de la Arcadia los mortales avistaban sin mayor dificultad a Faunos, Silvanos y Silenos, los espíritus animales guardianes de los bosques que la tradición ha consagrado con cuernos y cuartos traseros de cabra (y algo ligeros de cascos...). Es su patrón Pan, a quien sin duda todos hemos visto representado tocando su flauta, la siringa, música ensoñadora que Debussy tan bien reprodujo en su "Preludio a la siesta de un Fauno"..
Peris: Son elementales nacidos de la mitología persa. En el plano físico poseen gran belleza y bendicen la tierra de los granjeros. Combaten contra los Ahrimanes, demonios que causan plagas en zonas rurales.
Vestiglos: La mitología popular los considera como los elementales más malvados, que acechan a los mortales en caminos apartados.
Trolls: Se cree que durante la Primera Edad de las Estrellas, en los profundos pozos de Angband, Melkor el Enemigo crió una raza de gigantes crueles que eran feroces y fuertes, pero sin inteligencia. Estos gigantes de negra sangre fueron llamados trolls, y durante dos Edades de las Estrellas cometieron todos los actos malvados que su escasa inteligencia les permitió. Se dice que los trolls fueron criados por Melkor porque deseaba tener una raza tan poderosa como la de los gigantes Ents, los Pastores de Árboles. Los trolls doblaban en estatura y corpulencia a los hombres más grandes y tenían una piel verde y escamosa que era como una armadura.
Eran duros y resistentes como la roca, pero en la brujería que les dio origen hubo un fallo fatal: temían a la luz. El sortilegio de su creación se realizó en la oscuridad y, si la luz caía sobre ellos, era como si el sortilegio se rompiera y la coraza de su piel crecía hacia adentro. Sus entidades malignas y sin alma eran aplastadas y se convertían en piedra muerta. La estupidez de los trolls era tan grande que muchos no podían ni siquiera aprender a hablar, mientras que otros tan sólo sabían los rudimentos de la Lengua Negra o el dialecto de los Orcos.
Aunque todo su poder a menudo no servía de nada absolutamente contra alguien listo e inteligente, los trolls eran temidos y con razón en las cavernas montañosas y en los bosques sombríos. Lo que más deseaban era una dieta de carne cruda. Mataban por placer, y sin razón aparente -a no ser una avaricia sin fines concretos- almacenaban tesoros que robaban a sus víctimas. Pero se cuenta que Melkor no estaba satisfecho con la maldad de aquellos siervos y buscó un mejor uso para su gran fuerza. Fue así como crió trolls de gran astucia y agilidad, que podían resistir la luz del sol. A éstos los llamó Olog-hai, y fueron grandes criaturas con la capacidad mental de un humano malvado.
Tenían como dominio las tempestades, el trueno, los hielos y todo espacio abismal. Hay gigantes en el fuego y en las aguas. Al igual que los otros elementales, también metamorfosean su forma, y en esta habilidad el gigante Fafnir es el más conocido, pues cuenta la leyenda que se transformó en dragón para proteger su tesoro.
Los Orcos: Se dice que, en la Primera Edad de las Estrellas, Melkor ya había creado a los Trolls y cometió su mayor blasfemia en lo más profundo de los pozos de Utumno. Porque fue entonces cuando capturó a muchos miembros de la recién surgida raza de los elfos y los llevó a sus mazmorras, y con horribles actos de tortura concibió unas formas de vida terribles y horripilantes. De ellos crió una raza esclava de trasgos, que eran tan odiosos como hermosos eran los elfos.
Fueron los orcos, una muchedumbre creada con formas desfiguradas por el dolor y el odio. La única alegría de estas criaturas era el sufrimiento de los demás, porque la sangre que corría por los orcos era negra y fría. Su forma achaparrada era horrible: encorvados, con las piernas zambas y rechonchos. Tenían los brazos largos y fuertes, como los simios del sur, y una piel tan oscura como la madera que ha sido carbonizada por el fuego. Poseían una gran boca con colmillos irregulares de color amarillento, lengua roja y gruesa, nariz y rostro chatos y anchos.
Los ojos eran rajas carmesíes, como estrechas troneras en parrillas de hierro negro, tras las que ardieran brasas encendidas.
Estos orcos eran grandes guerreros, porque temían más a su Amo que a cualquier enemigo, y quizá la muerte fuera preferible al tormento de una vida de orco.
Eran caníbales y a menudo sus garras afiladas y sus colmillos babeantes se veían manchados con la amarga carne y la impura sangre negra de los de su propia raza. Poseían ojos con visión nocturna y habitaban en pozos y túneles inmundos. Su progenie surgía con mayor rapidez que la de ninguna otra raza de los pozos de reproducción. Llevaban cimitarras, puñales envenenados, flechas y espadas de hoja ancha.
Se comenta que debido a un hechizo de un genio de otra región, Melkor perdió sus poderes y los orcos se fueron extinguiendo. Aunque sobrevivieron algunos, nunca volvieron a alzarse en gran número, sino que fueron decayendo y pasaron a ser un pequeño pueblo de trasgos que no poseía más que un atisbo de su antiguo poder maligno.
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