En esta parte, los autores además del relato bíblico, hacen mención de algunas interpretaciones gnósticas o derivadas de las historias de los Cataros, mismas que fueron retomadas por algunos grupos de la masonería en cuyo pensamiento racionalista y científico, no aceptan la resurrección y retoman el pensamiento Cátaros cuyo Cristo humano-divino, no logra la salvación del pecado, pero engendra a María Magdalena para transmitir su linaje real a la casa de los Merovingios cuya estirpe es anterior a la de los reyes franceses ungidos por la Iglesia. Las ideas gnósticas de sus evangelios apócrifos forman una mezcla perfecta con la religión naturalista de sus costumbres ancestrales derivada de los grupos étnicos cuyos sacerdotes eran los Druidas e incorporan a su cristianismo estas ideas de las cuales Ario es su máximo exponente. (Vicente De Houston)
MARIA MAGDALENA
(en hebreo: המגדלית מרים; en griego antiguo: Μαρία ἡ Μαγδαληνή) es mencionada, tanto en el Nuevo Testamento canónico como en varios evangelios apócrifos, como una distinguida discípula de Jesús de Nazaret. Es considerada santa por la Iglesia Católica Romana, la Iglesia Ortodoxa y la Comunión Anglicana, que celebran su festividad el 22 de julio. Reviste una especial importancia para las corrientes gnósticas del cristianismo. Su nombre hace referencia a su lugar de procedencia: Magdala, localidad situada en la costa occidental de lago de Tiberíades. La información sobre María Magdalena en los evangelios canónicos es escasa.
Es citada en relación con cuatro hechos diferentes:
De acuerdo con el evangelio de Lucas (Lc 8:2), María Magdalena alojó y proveyó materialmente a Jesús y sus discípulos durante su predicación en Galilea. Se añade que anteriormente había sido curada por Jesús: "Le acompañaban los doce y algunas mujeres que habían sido curadas de enfermedades y espíritus malignos: María, llamada Magdalena, de la cual habían salido siete demonios [...]". De acuerdo con los evangelios de Marcos (Mc 15:45-47), Mateo (Mt 27:55-56) y Juan (Jn 19:25), estuvo presente durante la crucifixión de Jesús. En compañía de otras mujeres, fue la primera testigo de la resurrección, según una tradición en la que concuerdan los cuatro evangelios (Mt 28:1-5, Jn 20:1-2, Mc 16:1-5, Lc 24:1-10). Después comunicó la noticia a Pedro y a los demás apóstoles. Según un relato que sólo aparece en el evangelio de Juan, fue testigo de una aparición de Jesús resucitado (Jn 20:11-18).
[editar] Identificación con otros personajes
Los citados son los únicos pasajes de los evangelios canónicos en los que se cita a "María de Magdala". La tradición cristiana occidental (católica), sin embargo, aunque sin apoyarse en evidencias textuales de ningún tipo, ha identificado con María Magdalena a otros personajes citados en el Nuevo Testamento:
La mujer adúltera a la que Jesús salva de la lapidación, en un episodio que sólo relata el evangelio de Juan (Jn 8:3-11). La mujer que unge con perfumes los pies de Jesús y los enjuga con sus cabellos antes de su llegada a Jerusalén según los evangelios sinópticos (Lc 7:36-50, Mc 14:3-8,Mt 26:6-13), cuyo nombre no se menciona. Según Marcos y Mateo, sin embargo, la unción tuvo lugar en Betania, "en casa de Simón el leproso", lo que ha llevado a identificar a esta mujer a su vez con María de Betania.
María de Betania, hermana de Lázaro, a la que se atribuye en el evangelio de Juan la iniciativa antes mencionada (Jn 12:1-8), y que aparece en otros conocidos pasajes del cuarto evangelio, como la resurrección de Lázaro (Jn 11:20-30). Se identifica también con la María del episodio de la disputa entre Marta y María (Lc 10:38-42). La identidad de María Magdalena como María de Betania y "la mujer quien fue una pecadora" fue establecida en un sermón que el papa san Gregorio dio en el año 591, en el cual dijo: "Ella, la cual Lucas llama la mujer pecadora, la cual José llama María [de Betania], nosotros creemos que es María, de quien siete demonios fueron expulsados, según Marcos." Difundida por los teólogos de los siglos III y IV, esta teoría gozó de mucha popularidad en el siglo XIX y constituyó un tema frecuente en la iconografía cristiana occidental.
María Magdalena en los evangelios apócrifos
Así vio Tiziano la aparición de Jesús resucitado a María Magdalena, según Jn 20:11-18. El evangelio de Pedro sólo menciona a María Magdalena en su papel de testigo de la resurrección de Jesús: A la mañana del domingo, María la de Magdala, discípula del Señor -atemorizada a causa de los judíos, pues estaban rabiosos de ira, no había hecho en el sepulcro del Señor lo que solían hacer las mujeres por sus muertos queridos-, tomó a sus amigas consigo y vino al sepulcro en que había sido depositado..1
En al menos dos de los textos gnósticos coptos encontrados en Nag Hammadi, el evangelio de Tomás y el evangelio de Felipe, María Magdalena aparece mencionada como discípula cercana de Jesús, en una relación tan cercana como la de los apóstoles. En el evangelio de Tomás hay dos menciones de Mariham (logia 21 y 114), que, según los estudiosos, hacen referencia a María Magdalena. La segunda mención forma parte de un pasaje enigmático que ha sido objeto de muy variadas interpretaciones:
Simón Pedro les dijo: «¡Que se aleje Mariham de nosotros!, pues las mujeres no son dignas de la vida». Dijo Jesús: «Mira, yo me encargaré de hacerla macho, de manera que también ella se convierta en un espíritu viviente, idéntico a vosotros los hombres: pues toda mujer que se haga varón, entrará en el reino del cielo»..2
En el evangelio de Felipe (log. 32) es considerada la compañera (κοινωνος) de Jesús: Tres (eran las que) caminaban continuamente con el Señor: su madre María, la hermana de ésta y Magdalena, a quien se designa como su compañera [κοινωνος]. María es, en efecto, su hermana, su madre y su compañera..3
No todos los estudiosos, sin embargo, están de acuerdo en que los evangelios de Tomás y de Felipe se refieran a María Magdalena. Para Stephen J. Shoemaker se trataría más bien de una referencia a la madre de Jesús.
Por último, otra importante referencia al personaje se encuentra en el evangelio de María Magdalena, texto del que se conservan sólo dos fragmentos griegos del siglo III y otro, más extenso, en copto, del siglo V. En el texto, tres apóstoles discuten acerca del testimonio de María Magdalena sobre Jesús. Andrés y Pedro desconfían de su testimonio, y es Leví (el apóstol Mateo) quien defiende a María.
[editar] Leyendas posteriores
María Magdalena en un icono de la Iglesia ortodoxa. Según la tradición ortodoxa, María Magdalena se retiró a Éfeso con la Virgen María y el apóstol Juan, y murió allí. En 886 sus reliquias fueron trasladadas a Constantinopla, donde se conservan en la actualidad. Gregorio de Tours (De miraculis, I, xxx) corrobora la tradición de que se retiró a Éfeso, y no menciona ninguna relación con Francia. Más adelante, sin embargo, surgió en el mundo católico una tradición diferente, según la cual María Magdalena (identificada aquí con María de Betania), su hermano Lázaro y Maximino, uno de los setenta y dos discípulos, así como algunos compañeros, viajaron en barca por el Mar Mediterráneo huyendo de las persecuciones en Tierra Santa y desembarcaron finalmente en el lugar llamado Saintes Maries de la Mer, cerca de Arlés. Posteriormente, María Magdalena viajó hasta Marsella, desde donde emprendió, supuestamente, la evangelización de Provenza, para después retirarse a una cueva -La Sainte-Baume- en las cercanías de Marsella, donde habría llevado una vida de penitencia durante 30 años. Según esta leyenda, cuando llegó la hora de su muerte fue llevada por los ángeles a Aix-en-Provence, al oratorio de San Maximino, donde recibió el viático. Su cuerpo fue sepultado en un oratorio construido por Maximino en Villa Lata, conocido desde entonces como St. Maximin.
[editar] La tradición del huevo de Pascua
Existe una antigua tradición cristiana de pintar huevos de Pascua. Estos huevos simbolizan la nueva vida y a Cristo emergiendo de la tumba, de hecho, los cristianos ortodoxos acompañan esta tradición con la consigna: «¡Cristo ha resucitado!». Una tradición ortodoxa relata que tras la Ascensión, María Magdalena fue a Roma a predicar el evangelio. En presencia del emperador romano Tiberio, y sosteniendo un huevo de gallina, exclamó:«¡Cristo ha resucitado!». El emperador se rio y le dijo que eso era tan probable como que el huevo se volviera rojo. Antes de que acabara de hablar el huevo se había vuelto rojo. Otra tradición habla[cita requerida] de que el corazón sagrado de Cristo quedaría encerrado en un recipiente con forma de huevo del que María Magdalena sería guardiana.
[editar] Veneración de María Magdalena
Interior de la basílica de Saint-Maximin-la-Sainte-Baume.
[editar] Vézelay
El primer lugar de Francia en el que se sabe que hubo culto a María Magdalena fue la ciudad de Vézelay, en Borgoña. Aunque, según parece, en sus inicios el templo de Vézelay estaba dedicado a la virgen María, y no a María Magdalena, por alguna razón los monjes decidieron que la abadía era el lugar de enterramiento de María Magdalena, y están atestiguadas las peregrinaciones al sepulcro de María Magdalena en Vézelay desde al menos 1030. El 27 de abril de 1050, una bula del papa León IX colocaba oficialmente la abadía de Vézelay bajo el patronazgo de María Magdalena. Santiago de la Vorágine refiere la versión oficial del traslado de las reliquias de la santa desde su sepulcro en el oratorio de San Maximino en Aix-en-Provence hasta la recién fundada abadía de Vézelay, en 771. El san Maximino de esta leyenda es un personaje que combina rasgos del obispo histórico Maximino con el Maximino que según la leyenda acompañó a María Magdalena, Marta y Lázaro a Provenza..
[editar] Saint-Maximin
Un culto posterior que atrajo numerosos peregrinos se inició cuando el cuerpo de María Magdalena fue oficialmente descubierto, el 9 de septiembre de 1279, en Saint-Maximin-la-Sainte-Baume, Provenza, por el entonces príncipe de Salerno, futuro rey Carlos II de Nápoles. En esa ubicación se construyó un gran monasterio dominico, de estilo gótico, uno de los más importantes del sur de Francia.
En 1600, las supuestas reliquias fueron depositadas en un sarcófago mandado realizar por el papa Clemente VIII, pero la cabeza se depositó aparte, en un relicario. Las reliquias fueron profanadas durante la Revolución francesa. En 1814 se restauró el templo y se recuperó la cabeza de la santa, que se venera actualmente en ese lugar.
[editar] María Magdalena según la Iglesia Católica
María Magdalena es venerada por la Iglesia católica oficialmente como Santa María Magdalena. Existen múltiples templos en todo el mundo dedicados a esta santa católica.
[editar] Magdalena penitente
Mientras que el cristianismo oriental honra especialmente a María Magdalena por su cercanía a Jesús, considerándola "igual a los apóstoles", en Occidente se desarrolló, basándose en su identificación con otras mujeres de los evangelios (véase más arriba) la idea de que antes de conocer a Jesús, había sido muy pecadora y de ahí viene el suponer, aunque la Iglesia Católica no lo afirme, que se haya dedicado a la prostitución.
Gregor Erhart (?): Maria Magdalena (Museo del Louvre.
Esta idea nace, en primer lugar, de la identificación de María con la pecadora de (Lc 7:36-50), de quien se dice únicamente que era pecadora y que amó mucho; en segundo lugar, de la referencia en (Lc 8:2), donde se dice, esta vez refiriéndose claramente a María Magdalena, que de ella "habían salido siete demonios". Como puede verse, nada en estos pasajes evangélicos permite concluir que María Magdalena se dedicase a la prostitución. No se sabe con exactitud cuándo comenzó a identificarse a María Magdalena con María de Betania y la mujer de (Lc 7:36-50), pero ya en una homilía del papa Gregorio Magno (muerto en 591) se expresa inequívocamente la identidad de estas tres mujeres, y se muestra a María Magdalena como prostituta arrepentida. Por eso la leyenda posterior hace que pase el resto de su vida en una cueva en el desierto, haciendo penitencia y mortificando su carne, y son frecuentes en el arte occidental las representaciones de la "Magdalena penitente".
La imagen de María Magdalena como penitente también puede ser confundida gracias a la tradición de María Egipcíaca, santa del siglo V, quien según La vida de los Santos de Jacobo de la Vorágine, se había dedicado a la prostitución y se retiró al desierto a expiar sus culpas. Es común ver representaciones de María Egipcíaca, con los cabellos largos que cubren su cuerpo o envuelta con carrizos, símbolos de su penitencia en el desierto. Estos atributos en ocasiones acompañan a la Magdalena, creando a veces la confusión de ambas santas. En la tradición católica, por tanto, María Magdalena pasó a ser un personaje secundario, a pesar de su indudable importancia en la tradición evangélica. El relegamiento que sufrió María Magdalena ha sido relacionado por algunos autores con la situación subordinada de la mujer en la Iglesia. A esta opinión oponen algunos teólogos católicos la especial consideración que guarda la Iglesia para con Santa María, madre de Jesús, venerada con hiperdulía, en tanto que los apóstoles y los otros santos son venerados con dulía. En 1969, el papa Pablo VI retiró del calendario litúrgico el apelativo de "penitente" adjudicado tradicionalmente a María Magdalena; asimismo, desde esa fecha dejaron de emplearse en la liturgia de la festividad de María Magdalena la lectura del evangelio de Lucas (Lc 7:36-50) acerca de la mujer pecadora. Desde entonces, la Iglesia Católica ha dejado de considerar a Maria Magdalena una prostituta arrepentida. Sin embargo, esta visión continúa siendo la predominante para muchos católicos.
[editar] María Magdalena y otras santas católicas
María Magdalena fue fuente de inspiración para una de las místicas más importantes en la Iglesia Católica, santa Teresa del Niño Jesús, quién admiraba este amor tan profundo relatado en el Evangelio en el cual María Magdalena piensa en servir a quien ama; así, Teresa decidió dedicar su vida a quién más amaba: Jesús de Nazaret. En 1894 escribió: "Jesús nos ha defendido en la persona de María Magdalena". Otra destacada mística católica que encontró inspiración y consuelo en María Magdalena fue la doctora de la Iglesia santa Teresa de Ávila, quien refirió haber recibido ayuda espiritual de la Magdalena.
[editar] Teorías recientes acerca de María Magdalena
[editar] Esposa de Jesús
Algunos autores recientes han puesto en circulación una hipótesis según la cual María Magdalena habría sido la esposa, o la compañera sentimental, de Jesús de Nazaret, además de la depositaria de una tradición cristiana de signo feminista que habría sido cuidadosamente ocultada por la Iglesia Católica.
Magdalena penitente, por Francesco Hayez.
Estas ideas fueron desarrolladas primero en algunos libros de pseudohistoria, como El enigma sagrado ("The Holy Blood and the Holy Grail", 1982), de Michael Baigent, Richard Leigh, Henry Lincoln; y La revelación de los templarios ("The Templar Revelation", 1997), de Lynn Picknett y Clive Princey. En estos libros se mencionaba además una hipotética dinastía fruto de la unión entre Jesús de Nazaret y María Magdalena. Posteriormente estas ideas han sido aprovechadas por varios autores de ficción como Peter Berling (Los hijos del Grial, ) y Dan Brown (El código Da Vinci, 2003), entre muchos otros.
No existe ningún pasaje ni en los evangelios canónicos ni en los apócrifos que permita afirmar que María de Magdala fue la esposa de Jesús de Nazaret. Para la mayoría de los estudiosos del Jesús histórico es una posibilidad que ni siquiera merece ser tomada en serio. Los partidarios de esta idea, sin embargo, se apoyan en tres argumentos:
1. En varios textos gnósticos, como el evangelio de Felipe, se muestra que Jesús tenía con María Magdalena una relación de mayor cercanía que con el resto de sus discípulos, incluidos los apóstoles. En concreto, el evangelio de Felipe habla de María Magdalena como "compañera" de Jesús.
2. En los evangelios canónicos María Magdalena es (excluida la madre de Jesús) la mujer que más veces aparece, y es presentada además como seguidora cercana de Jesús. Su presencia en los momentos cruciales de la muerte y resurrección de Jesús puede sugerir que estaba ligada a él por lazos conyugales.
3. Otro argumento que esgrimen los defensores de la teoría del matrimonio entre Jesús y María Magdalena es que en la Palestina de la época era raro que un varón judío de la edad de Jesús (unos treinta años) permaneciese soltero, especialmente si se dedicaba a enseñar como rabino, ya que eso hubiese ido en contra del mandamiento divino "Creced y multiplicaos". No obstante, el judaísmo que profesó Jesús era muy distinto del actual, y el papel del rabino no estaba todavía bien definido. Sólo después de la destrucción del Segundo Templo, en 70, el papel del rabino quedó establecido con claridad en las comunidades judías. Antes de Jesús, está atestiguada la existencia de maestros religiosos solteros, por ejemplo en los círculos esenios. También Juan el Bautista fue soltero, según todos los indicios. Más adelante, algunos primeros cristianos, como Pablo de Tarso, serían también predicadores célibes.
[editar] Autora del Cuarto Evangelio
Ramón K. Jusino7 ha propuesto la teoría de que María Magdalena pudo ser el "discípulo a quien amaba Jesús" que se presenta como autor del evangelio de Juan (Juan 21:20-24) y que es tradicionalmente identificado con el apóstol Juan. Jusino se basa en el hecho de que en varios textos apócrifos, como los citados más arriba, se dice que hubo una relación de especial cercanía entre Jesús y María Magdalena.
Según Jusino, que se basa para su teoría en un libro del prestigioso erudito bíblico Raymond E. Brown, el evangelio recogería la tradición de una comunidad, que Brown denominó juánica, que se remontaría al testimonio de María Magdalena como testigo ocular de Jesús. Esta teoría no cuenta con la aceptación de la mayor parte de los historiadores e investigadores bíblicos.(Wikipedia)
Comentario: Wikipedia es una gran fuente de información abierta al pensamiento humano, esto hace que no sea una fuente confiable para aquellos que mantienen una posición inflexible con respecto a sus ideas. Lo que si podía criticar es que no muestre la fuente de información o autoría al final de sus comentarios aunque para el que busca, es más importante el contenido que la fuente.
Entrelazado con el terna central de la identidad del Santo Grial. el papel de María Magdalena es primordial en El Código Da Vinci. Brown sigue el enfoque sobre María Magdalena el libro El enigma sagrado, analizado en otra entrada. En esta obra se expone la teoría de que María Magdalena era la mujer de Cristo y la portadora de su descendencia: a saber, una niña llamada Sara, que posteriormente dará a luz a toda la dinastía del linaje de David. Esta dinastía llegará a convertirse en la línea sucesoria de reyes merovingios de Francia, que finalmente pasará a la clandestinidad y será protegida por una sociedad secreta conocida como el Priorato de Sión.
Esta es la teoría, pero ¿qué datos tenemos sobre la María Magdalena que aparece en el Nuevo Testamento? El apelativo de «Magdalena» se cree que proviene del hecho de que María era oriunda del pueblo de Magdala. Se la menciona sorprendentemente poco en el en Nuevo Testamento, y sus apariciones pueden situarse en cuatro momentos definidos: como parte del séquito de un viaje, en la Crucifixión, en el entierro de Cristo y como testigo de la Resurrección.
Hay algo que sí se puede decir con toda seguridad: la creencia largamente sostenida de que María Magdalena era una prostituta arrepentida es falsa. En realidad, la idea de que era una prostituta es, por lo visto, un error. En el siglo VI, el papa Gregorio I hizo una solemne proclamación de que María Magdalena era una pecadora, una prostituta arrepentida, pero en realidad estaba mezclando a tres mujeres diferentes, además de interpretar erróneamente a Lucas: 7 y 8. Desde luego, la Iglesia no ayudó a corregir esta situación, ya que, hasta 1969, fecha en que el Vaticano emitió una tímida retractación, no se dejó de sostener que María era una mujer descarriada.
En los Evangelios se puede ver que María juega un papel muy similar a un discípulo. Está con Jesús en tres de sus momentos claves: lo observa mientras es crucificado, ayuda en su entierro y es la primera persona que se encuentra con Cristo resucitado. Estos hechos la hacen importante, como mínimo, en el plano simbólico y pueden explicar el hecho que Pedro sea tan despectivo con ella, como se verá más adelante.
¿Hay alguna prueba de que hubiera una relación más íntima entre la Magdalena y Jesús? Lamentablemente, el Nuevo Testamento nos falla a este respecto. La lectura convencional de los Evangelios no nos da pista alguna de una posible relación entre ambos: de hecho, el silencio sobre el asunto resulta ensordecedor. Sin embargo, una vez afirmado esto, deberíamos recordar que el texto del Nuevo Testamento, tal como lo conocemos hoy, ha pasado por muchos procesos de edición y de añadiduras. También ha pasado por muchas traducciones hasta llegar a ser lo que es ahora. Así que, ¿Qué hay de las fuentes al margen de los Evangelios tradicionales?
Uno de los llamados Padres de la Iglesia, Hipólito en sus comentarios sobre el Cantar de los Cantares, sí que parece mencionar a María, si bien de una forma un tanto indirecta: Por si acaso las mujeres apóstoles dudaban de los ángeles, Cristo mismo fue a ellas para que fueran apóstoles de Cristo y mediante su obediencia, rectificaran el pecado de la antigua Eva. Después, pasa a relatar cómo Cristo se mostró ante los apóstoles varones y dijo: «Soy Yo quien se apareció a esas mujeres y Yo quien quiso enviároslas como apóstoles».
En el Evangelio de Felipe (63: 33-6), uno de los llamados Evangelios Gnósticos encontrados con el tesoro de Nag Hammadi en Egipto, se utiliza un lenguaje más confuso para describir una posible relación íntima entre Jesús y María Magdalena. En este texto se dice que Jesús solía «amarla más que a todos los discípulos» y que solía «besarla a menudo en la boca», actitud por la cual los discípulos varones se ofendían. Aunque no hay en ello indicio alguno de auténtico matrimonio o de convivencia, en el lenguaje copto en que están escritos los textos se utiliza para describir a María la palabra koinonos, que ha sido traducida por Susan Haskins (en su libro María Magdalena, mito y metáfora, de 1993) como «consorte» o «compañera».
Uno de los textos de Nag Hammadi es conocido como el Evangelio de María. En él encontramos una referencia al hecho de que ella era la destinataria de la revelación, para gran disgusto de los apóstoles varones. En dicho Evangelio (17:10-18), encontramos que Andrés duda de que María viera realmente a Cristo resucitado y que Pedro pregunta: «Ha hablado el Salvador con una mujer sin nuestro conocimiento y a escondidas?». Y continúa: «La prefiere a nosotros?». Más adelante, en el mismo texto, Levi reprende a Pedro, diciéndole: «Si el Salvador la ha hecho digna, ¿quién eres tú para rechazarla? Seguro que el Salvador la conoce muy bien. Por eso la amaba más que a nosotros». Lo que nos muestran estos textos es que las figuras de las mujeres seguidoras de Jesús bien podrían haber tenido un estatus más alto de lo que se nos quiere hacer creer, aunque no aclaran la cuestión principal de sí Jesús y María eran marido y mujer. En lugar de ello, nos ofrecen sugerentes atisbos y posibilidades y dan pie a líneas de pensamiento y teorías basadas en tal suposición. Debemos recordar que los textos antes citados son solo unos pocos de los cientos de textos relativos a este periodo.
Una teoría de los autores de El enigma sagrado intrigante y que incita a la reflexión es que la historia recogida en el Nuevo Testamento sobre las Bodas de Caná, en la que Jesús realiza el milagro de convertir el agua en vino, podría ser, en realidad, un relato distorsionado de la propia boda de Jesús. Esta teoría tiene mucho a su favor y bien puede ser una de las pistas principales para zanjar esta polémica. Esto y el hecho de que en aquel tiempo se habría esperado que Jesús, como judío que era, se hubiera casado, son caminos que merecen ser seguidos por el investigador en ciernes. Nos quedamos, pues, con las siguientes conclusiones:
El personaje de María Magdalena en el Nuevo Testamento bien podría haber tenido una relación más íntima con Jesús de lo que se pensó en principio.
María estaba con Jesús en momentos clave de la historia, particularmente en Su muerte, entierro y resurrección.
No hay pruebas directas en los textos que hoy por hoy conocemos, ni tampoco en los Evangelios, que corroboren la hipótesis de que Jesús y María estuvieran casados. Ni siquiera los Evangelios hallados en Nag Hammadi (en 1945) se pronuncian con pruebas (o carecen de ellas) respecto a este tema, salvo una referencia de Felipe a una posible consorte. ¿Qué le ocurrió a María después de la muerte de Cristo? Según la tradición católica, María Magdalena murió en Éfeso, donde vivió junto con María, Madre de Jesús, y Juan, el supuesto autor del cuarto Evangelio. Sin embargo, esta tradición cuestiona una leyenda del siglo vi, mencionada por Gregorio de Tours, que establece que un documento aún más antiguo ofrece la versión de que María Magdalena viajó a Aix-en-Provence, en Francia, con el séquito de San Maximino. Esta historia parece ser la catalizadora de las teorías de la Sang Real («sangre real» o linaje de sangre real de Cristo) de nuestro tiempo. En los círculos gnósticos también se conoce a María Magdalena como la «amada», con lo que, de nuevo, se la relaciona con la hipótesis de una unión con Jesús. Si se quiere averiguar más acerca de las ideas sobre las que se basa esto, merece la pena leer La mujer de la vasija de alabastro, de Margaret Starbird. Esta misma autora, en su libro de 1993 La diosa en los Evangelios, afirma que, según el antiguo sistema hebreo de la guematría, o simbolismo numérico, el nombre «María Magdalena» y su correspondiente cifra en este sistema «153» indican que, en este contexto, María era la «diosa». Starbird también cree que María pasó mucho tiempo en la floreciente y pujante ciudad cosmopolita de Alejandría. De nuevo, esto explicaría los muchos mitos y leyendas que han surgido en torno a este personaje, como podemos ver por los numerosos cultos a la Magdalena que surgieron por todo el Mediterráneo en los primeros siglos de nuestra era. Como se puede ver, la teoría de un linaje de Cristo no es muy innovadora en sí misma, pero la de que fue María Magdalena la que le dio un hijo parece ser ciertamente muy moderna (véase la entrada Enigma sagrado). Ha surgido también toda una industria en torno a la Magdalena vista como encarnación de la Divinidad Femenina, que representa, en cierto modo, el espíritu de la Madre Diosa. Este es un acercamiento totalmente diferente a la teoría de la línea de sangre, en la medida en que está basado más en la metáfora y en el simbolismo que en la auténtica realidad material. Parecería lógico que el papel de María Magdalena fuera o bien el de consorte de Jesús o el de personificación de la Divinidad Femenina. Sería difícil cumplir con ambos papeles, a no ser que sean atributos muy posteriores, como parece ser el caso.
La historia de María Magdalena está envuelta en mitos, leyendas y simbolismos. Ella ha llegado a representar y sostener el papel del mismísimo espíritu de la antigua diosa venerada por todo Oriente Medio y Europa hace miles de años. Que estuviera casada con Jesús o que le diera un hijo son cuestiones que, simplemente, no se pueden probar por lo que sabemos a día de hoy. Estas historias permanecen envueltas en mitos, pero están llamadas a ganar fuerza con el paso del tiempo. Los dos mil años de represión de lo femenino velarán porque así sea. (Planeta Sedena)
Comentario: Planeta Sedena es una de las fuentes que mas me gusta consultar, al menos, tiene un pensamiento gnóstico bien definido que busca la verdad en sus ideas, sin importar su cultura, religión o tradición y digo que me gusta, porque sigue principios que yo también sigo, sin ser gnóstico, aunque es mi Fe la que alumbra a mi inteligencia, cosa que parecería contradictorio sino aceptara que es mi confianza en esa fuente de amor y de vida la que nos alimenta y provee de todo lo que somos o creemos ser. Cristo nos revela esa fuente como el Padre amoroso que a través de Él, nos llama hijos; además él nos dice: “Yo soy el camino, la verdad y la vida” por lo que solo a través de él, encontraremos el camino, la verdad y la vida.
Con el saludo de Paz hacia todos mis H:.T:. de este Portal que se abre al pensamiento y a la espiritualidad de los Pobres Caballeros Seguidores De Cristo.
Desde la soledad del Temple
Vicente De Houston
Un Marshall Olvidado
“UBI AMOR IBI OCULOS”
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