martes, 23 de junio de 2015

EL MAGICO MUNDO DE LOS ELEMENTALES


El mágico mundo de los elementales
Los representantes de los cuatro elementos se encuentran en cualquier lugar, aunque cada uno de ellos habita en los lugares más extraordinarios que podamos imaginar
Cuando queramos comunicarnos con nuestros Ángeles, entrar a nuestro ser interno o hacer una oración, el uso de la energía de los cuatro elementos será la llave que nos abrirá esas puertas.
Estos bellos seres del universo son muy importantes en nuestra vida porque nosotros somos un quinto elemento en el momento en que alcanzamos un equilibrio con ellos.
Decir que somos el quinto elemento se traduce en actuar con amor, felicidad y con todo lo positivo que nos llevará a formar un elemento más de poder y fuerza, en conjunción con los cuatro que ya están dentro de nosotros.
Agua, tierra, fuego y aire son la base de la vida, pero no sólo en un nivel físico, sino también en el espiritual, plano en el que nos sirven de guía y protección.
Cuando los invocamos se unen y forman una especie de pirámide para protegernos de cualquier cosa que nos quiera hacer daño.
Por eso es importante que si sentimos algo negativo o que alguien nos manda una mala energía, debemos llamarlos para que nos envuelvan y protejan.

La sutileza del aire
El aire vive dentro de nosotros cuando tomamos el oxigeno, pero también es una energía que tenemos alrededor de nuestro cuerpo y que se conoce como aura.
La energía del aire del planeta es muy sutil, de las más elevadas que existen, y cuando la invocamos entra a nuestro ser y nos ayuda a que nuestra energía se active más y a que nuestra vibración suba.
Cuando deseemos llamar a los elementales del aire lo podemos hacer por medio del incienso, que actúa sobre nosotros haciéndonos más sutiles.
Como muchas veces nuestra energía está densa, cuando absorbemos la del incienso, la nuestra se vuelve más sutil y ayuda a que circule mejor por nuestro cuerpo.
Es como cuando recibimos un masaje que estimula la circulación de la sangre y la empieza a hacer más ágil.
En general, los elementales del aire son representados como seres con alas, como las mariposas y las aves, que son parte de esa energía.
Pero además están otros elementales que son seres de más alta vibración que viven entre nosotros, aunque no nos hemos acostumbrado a verlos.
Si estuviéramos habituados a observar la energía de la cosas veríamos a estos seres hermosísimos que en general no tienen alas, sino una energía muy grande que los ayuda a desplazarse por el aire.
Precisamente esa energía luminosa que los traslada es la que jalamos cuando los llamamos por medio del incienso.
Estos elementales habitan en los árboles, sobre todo en los lugares donde no hay postes de electricidad o casas cercanas.
También los podemos encontrar en las flores, donde se confunden con las luciérnagas por la energía que destellan.
En el campo o bosque la mayoría hemos visto chispas de luz y no les hacemos caso porque pensamos que son una visión, pero en realidad son ellos.
Lo más parecido a estos elementales son los colibríes, que tienen una vibración similar a la de estos seres.
Es importante que cada uno de nosotros nos sentemos a llamarlos, así, en algún momento también  podremos distinguirlos volando en una planta.
Una forma de invocarlos en las casas es poner en el jardín agua y un cristal de cuarzo, que actúan como alimento para ellos, además de que le dan una energía muy bonita a nuestra casa.

Desde el fondo de la Tierra
Los elementales de la tierra son muy parecidos físicamente a nosotros, aunque viven en mundos subterráneos diversos a los nuestros.
Ellos habitan en lugares fabulosos y su existencia es una de las formas en que este planeta logra tener su eje en equilibrio.
Esos mundos internos son verdaderamente mágicos y hermosos, igual que sus habitantes, quienes trabajan mucho para darle equilibrio al planeta. Sus ciudades inmensas se localizan en las entrañas de la Tierra y algunas son de cristales de cuarzo.
Para llegar a ellas hay muchos accesos, desgraciadamente no están abiertos a nosotros porque las vibraciones que ahí se encuentran son totalmente diferentes a las nuestras.
En cambio, nuestros antepasados sí podían entrar y hasta recoger las rocas o minerales que necesitaban para sus construcciones o protecciones.
Para ellos estaban abiertos porque vivían en una comunión completa con la naturaleza y porque tenían un respeto muy grande hacia lo que les rodeaba.
Pero cuando todo se fue por otros caminos, cuando se perdió el respeto por la naturaleza, estos mundos se cerraron automáticamente.
Los seres que viven ahí, así como los elementales, son Maestros que tienen misiones que cumplir también fuera del centro de la Tierra, ya que nos ayudan y guían para continuar la vida en este lugar.
Aunque de vez en cuando salen y contactan con los indígenas o tribus, con quienes viven en comunión, para enseñarles cómo manejar la energía para darle más equilibrio al mundo.
En nuestro caso, cuando llamamos a estos seres de la Tierra, al ser parte de este planeta, recibimos la energía que nos mandan y nos sirve como protección y para limpiar la nuestra.
Cada uno podemos experimentarlo con oraciones o meditaciones, podemos invocarlos y pedir permiso para entrar a sus mundos o  al menos para sentir que están ahí, que nos son una fábula, sino tan reales como nosotros.
Es vital unirnos a ellos y platicarles, hacerles ver que los sentimos y que queremos conocerlos para recibir su energía de forma más consciente.
Ese viaje y contacto mágico lo podemos tener si nos unimos a ellos por medio de los cristales o las plantas.
Al respecto, es importante recordar que cada planta es un ser vivo que además tiene un espíritu, su verdadera esencia que es maravillosa.

Fuego que no quema
Los elementales del fuego también tienen su hogar en las entrañas de la Tierra, en mundos donde no hay calor como pensamos, sino que son ciudades de una fuerza grandísima.
Ellos son seres de una energía hermosa que ayudan a este planeta y a cada uno de los seres vivos para que llevemos ese fuego dentro de nosotros
El fuego es uno de los elementos que mejor nos ayuda a activar nuestra energía, a acabar con lo negativo y a sacar esa fuerza para lograr lo que deseamos.
Por ello éste era muy valorado por los antepasados de Mesoamérica, quienes hacían uso del temazcal como un viaje mágico en el que se podía llegar a las profundidades del ser y del universo.
Nuestros ancestros también hacían rituales alrededor del fuego por todo lo que les proporcionaba y les ayudaba a trasmutar.
Una persona que trabaje con el fuego o que tenga la costumbre de estar cerca de él, tiene bien activados sus centros de energía y adquiere una sensibilización extra por la fuerza interna que le da este elemento.
Para tener contacto con el fuego en la meditación u oración podemos usar una veladora e incluso podemos tocarlo con mucho cuidado porque es una de las fuerzas más grandes con la que podemos comunicarnos de una forma más rápida.
Con ello inmediatamente podremos viajar dentro de nosotros, hacia un mundo de completo poder que nos nutrirá en todos los niveles.

Agua igual a vida
Los elementales del agua siempre han tenido mucho que ver con la purificación, como los veían nuestros antepasados, además de ser la vida para nosotros y para el universo.
Sus integrantes están en cualquier gota, así como en los ríos y arroyos, pero las ciudades más grandes se encuentran en el mar.
De ahí que los animales marinos, como delfines y ballenas, tengan un grado de evolución bastante elevado y que sean los seres que más tienen que ver con nosotros como personas.
Verdaderamente todos los animales son sagrados, pero algunos mamíferos marinos tienen una energía muy alta y especial que nos ayuda con nuestra propia energía.
Ellos hacen rituales mágicos en conjunción con los seres que viven en la superficie para el bien de este planeta, para darle equilibrio a nuestra Madre Tierra.
Los seres del agua tienen un lenguaje, el canto con el que se comunican, que es de una vibración altísima y que cuando lo escuchamos activa nuestra energía y actúa sobre nuestro cuerpo físico y astral.
Además, establecemos una comunicación que no detectamos conscientemente, pero en otro nivel nos informan de diferentes temas importantes para el planeta y para nosotros como personas.
Las langostas son otros de los habitantes del reino del agua que son sagrados y guías de los mundos marinos, y si no lo creemos, podemos llegar a sentirlo.
Una prueba es pasarle la mano siete veces para percibir esa energía que nos entrará en el cuerpo y que absorberemos como vitaminas, sólo que no nos la pueden dar si lo que hacemos es comérnoslas.

El gobierno lo sabe
Debemos estar consciente que gracias a los elementales este planeta tiene una vida normal, pero desgraciadamente estos seres están luchando mucho contra una gran fuerza negativa que hemos ejercido en su contra.
Los cuatro elementos han sido afectados en gran parte por la tecnología y las armas, que los han dañado de una manera horrible.
En las entrañas de la Tierra el 50% de estas ciudades han sido destruidas por el hombre, principalmente por órdenes de los representantes de algunos gobiernos.
Ellos saben de la existencia de estos seres porque tienen en sus manos información importantísima sobre lo que es nuestro planeta. Pero la han conservado en su poder para actuar libremente, sin darles cuentas a los demás.
Ellos han querido entrar a estos mundos sagrados, han conocido a los Maestros de los cuatro elementos que han ido a hablar con los gobiernos más poderosos para decirles que detengan lo que están haciendo contra la Madre Tierra, que siente como cualquiera de nosotros.
Los elementales y Maestros han salido para decirles lo que están afectando en su afán por alcanzar las "riquezas" que pudieran sacar de esas ciudades, lo que no entienden es que jamás van a llegar ahí si van con esas intenciones.

Cambian furia por amor
La furia para los elementales simplemente no existe, y cuando ocurre algún desastre natural es porque están actuando como les hemos empujado a hacerlo.
Ellos son seres de mucha sabiduría que jamás nos mandarían un temblor o maremoto para matarnos.
Lo que pasa es que nosotros les estamos mostrando una forma de vida y no sólo como ejemplo, energéticamente estamos contaminándolos.
Por ello, mientras más violaciones se hagan contra la naturaleza, más se saldrán de control.
Los Maestros están muy preocupados porque muchas de estas ciudades han muerto, porque hemos destruido lo que ayudaba a dar equilibrio al planeta.
Nosotros no tenemos que ver directamente con esta destrucción, pero podemos ayudar si nos acercamos a ellos, les damos nuestra fuerza y les hacemos ver que sabemos que tienen vida, que sentimos que están aquí y que queremos ofrecerles nuestro respeto, amor y apoyo para que tengan la fuerza de seguir luchando
También ayudamos a estos elementales si nos preocupamos por conocernos más, por generar más amor hacia los demás y hacia ellos mismos.
Ésta es la única forma en que podemos actuar, invocando a los elementos, tomándolos en cuenta en nuestra vida, así les daremos tanto apoyo que será posible lograr un cambio.
Pero cada uno de nosotros debemos comprobar si lo que aquí se ha dicho es verdad, porque todos lo podemos analizar y darnos cuenta con el corazón de cuál es la realidad del planeta.
Para lograrlo debemos de tratar de sentir a los elementales e identificar si queremos dedicarles nuestro amor y un poquito de tiempo, ya que ellos nos aman y lo dan todo por nosotros cada segundo.

Flora Rocha

Fundación Sabiduría del Corazón

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