martes, 23 de junio de 2015

¿QUÉSON LOS ELEMENTALES EN EL SIMBOLISMO CELTICO?

Los  Elementales

"Me ha asombrado saber que hay personas  que nunca han visto un gnomo. No puedo dejar de sentir pena por ellos.
Estoy  seguro de que deben tener algún defecto en la vista".
Axel Munthe

 


   Aunque son temas diferentes, así como hay testigos que han visualizado OVNIs, también hay gente que ha visto distintos tipos de elementales. Generalmente vieron hadas, gnomos y duendes.
 Personalmente conocí a una señora que dijo haber escuchado un zumbido estando semidormida y, al abrir los ojos, encontrarse con un hadita minúscula que le tiraba un polvito dorado en el brazo. Como estaba cerca, me llegué hasta su casa y le pedí que me facilite una lupa para que le mire el brazo. Grande fue mi sorpresa al notar un brillo dorado sobre su piel, similar al del maquillaje. Al observar los detalles en la lupa, pude apreciar que las partículas eran como lingotes de oro en miniatura.  Instantes más tarde, al tratar de ver los lingotitos de nuevo vi que se habían evanescido, como si nunca hubieran estado en el plano físico.

 

 En otra oportunidad, un paciente me acercó una foto que se sacó en un lugar campestre y a un costado se podía apreciar la figura de un pequeño duende, pero la imagen no estaba muy nítida.

 

 Quiero dejar en claro que el mundo de los elementales de la naturaleza es tan real como el de los ángeles y los espíritus. Sucede que en el primer caso, la mitología y la tradición de cada pueblo en particular, fue desvirtuando el tema, haciéndolo más fantasioso que verídico.
Los elementales son seres conceptuales suprafísicos y, a diferencia de los espíritus, no encarnan. Pero pueden hacer 'foco energético' para mostrarse con variadas formas físicas. Los más comunes son los duendes, los gnomos y las hadas, pero NO SON seres físicos, aunque a veces se dejen visualizar.
Las sirenas, tritones, nereidas, orcos, djin, trolls, sátiros, faunos, ninfas y korred no pertenecen al mundo suprafísico de los elementales. Por supuesto, tampoco los demonios. Sencillamente fueron agregados a esta página como ilustración.
 De todas maneras voy a dar un pequeño repaso al detalle de cada uno de estos interesantes seres, sin el ánimo de pretender que este modesto compendio se transforme en una enciclopedia mitológica.
 Jorge Raúl Olguín.


Historia:
Aunque estos seres muy poco se dejan ver, ya en su libro Sobre la Naturaleza, decía Anaxágora, el filósofo griego del siglo V aC., que había habitantes inteligentes similares a nosotros,  moradores de mundos paralelos al que conocemos pero con las mismas características: ríos, viviendas, comidas, ciudades completas, etc. Y no solo se citan en este libro, son muchos los textos antiguos donde se menciona de una u otra forma a estos pequeños seres.

 

La Cábala, habla del geniecillo que vive bajo tierra y ayuda al rey Salomón en  la construcción del Templo de Jerusalén. Pero de una forma más decidida, es el Talmud, “una compilación de comentarios sobre la ley mosaica” en el cual se lee que  tanto animales como plantas están habitados por estas diminutas criaturas. Por 1040-1105 el ilustre comentador de la Biblia y el Talmud, Rabí Shlomo ben Yitzjak mejor conocido por su nombre abreviado Rashi, le dio al conocido gnomo Shamir la forma similar a la culebra.
Okuninushi, uno de las deidades del Shinto japonés, tras muchas peripecias en su vida, describe a un dios que montado sobre la corteza de árbol navega sobre la cresta de una ola y viene en su ayuda. Es un enano llamado Sukuna-bikona, el cual cabe en la palma de su mano, cuyo poder es tal, que entre ambos deciden construir el mundo para bien de la humanidad, dedicándose primordialmente a erradicar las enfermedades.
En la mitología del Sudán, los kurumba hablan de del “genio del agua” y del “genio de la tierra”, semejante a Domfé, nomo de los dogones.
Nativos de las costas de Guinea, y como parte integrante de la cultura yoruba,  aparecen los  duendes güijes.
Las mil y una noches, los cuentos de hadas, Blanca Nieves y los siete enanitos, relatos que nos muestran invisibles seres feéricos, o gente minúscula.
Y así, bajo innumerables nomenclaturas, relatos y anotaciones mitológicas, aparece un contexto que se maneja en dimensiones diferentes a la que fácilmente el hombre puede notar. Realidades de existencias diferentes, pero no menos ciertas a veces explicadas como espejismos. Inaccesibles por invisibles mas jamás irreales: ¡nos acompañan siempre!

 

Intangibles a nuestros ojos tridimensionales, las hadas también forman también parte de la gente menuda. Diferentes a la que imaginariamente se ha creado, conservan su forma promovidas por el visionario Walt Disney, quien evito que cayeran en el olvido. Amantes de los arroyos, etéricas, voladoras e idílicas, ostentan capacidades extraordinarias, se deslizan por el viento creando pequeños remolinos. Con el transcurrir de los tiempos cada grupo de estos seres se dedicó a diversas actividades: unas cuidan los ríos, otras protegen las plantas, y se dice que algunas minimizan los efectos de los terremotos.
Relativamente moderno, ya que data del siglo XVI, y además tan sólo abarca a unos pocos seres de la naturaleza, el término gnomo refiere  aquellos que la gente suele confundir con duendes. Pero fue el alquimista Paracelso, quien a mediados del siglo XVI creó en suTratado sobre los elementales la palabra gnomo, dándole forma al concepto que señala a estos seres. Son muchas las variedades de ellos, pero a casi todos se les reconoce por ser representados como minúsculos ancianos de luengas barbas.


  Los Elementales:

Los Espíritus de la Naturaleza tienen por cuerpos formas de energía y no son estrictamente físicos o materiales en la versión común del término, aunque la energía es también una forma de materia y viceversa, y a diario nos muestra sus efectos en el plano más denso de acción.
El hecho de que la llamada "electricidad" sea energía y normalmente invisible, no quita que al correr por la superficie de un cable metálico produzca fenómenos materiales traducidos en movimiento de pesadas piezas de una máquina, que a la vez mueve o traslada toneladas de materia. Y todos conocemos los fenómenos meteorológicos que se traducen en rayos y relámpagos, centellas y "luces de San Telmo". Por otra parte, la existencia de estados vibratorios intermedios entre la energía invisible y la materia visible, hace que según se rebasan estas fronteras, de "arriba" a "abajo", la posibilidad de observación humana de los elementales se potencie, aún sin proponérselo. Pero normalmente los Elementales tienen su parte más densa o "cuerpo" en el Plano Energético, pudiendo en condiciones favorables ya citadas, reflejarse hasta cierta corporeidad en las zonas etéricas que son mezcla y enlace entre lo que podemos llamar energía - cuya característica es la carencia de forma perceptible por nuestros sentidos - y la materia - cuyas características nos son evidentes y fácilmente registrables. De ello podemos colegir que los Elementales tienen como propiedad una vibración mucho más "veloz" que la nuestra, siendo sus formas más inestables y dinámicas. Cuando esas formas se lentifican es cuando se corporizan y su visión se vuelve más fácil, bien por factores naturales que mencionamos anteriormente, o bien porque la persona haga "foco", dejando su vista neutra y así pueda verlos.  Si dejamos la mente "abierta", pueden percibir cualquier síntoma de agresividad y eso produce en ellos cierta inestabilidad en el plano físico y los ahuyenta hacia sus "refugios" energéticos y a los juegos ópticos propios de su extraordinario poder para disimularse en los mismos elementos en que habitan.

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